Inversionistas lucran con alimentos mientras los pobres pasan hambre, dice economista
Cuando los precios de los alimentos comenzaron a subir y estalló la guerra de Ucrania, muchos optaron por invertir en esa área. Esa tendencia podría catapultar a los precios a alturas aún mayores.
El alza de precios está agravando la escasez de alimentos en el mundo, e inversionistas que buscan ganar dinero con esta situación podrían empeorar las cosas.
Los precios de los alimentos subieron fuertemente después de que la pandemia del COVID-19 interrumpió cadenas globales de suministro, causando escasez en el mundo entero. Y subieron aún más cuando Rusia invadió a Ucrania. Ambos países son los mayores exportadores de productos agrícolas como trigo y aceite de girasol.
Avidez de materias primas
Los inversionistas que se han volcado a los alimentos y otras materias primas aumentan la presión sobre los precios.
Tras el estallido de la guerra en febrero, los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) relacionados con materias primas registraron un auge. En abril, los inversionistas inyectaron $1,200 millones de dólares en dos grandes EFT agrícolas, en los que la inversión había llegado a 197 millones de dólares en todo 2021, según una publicación de Lighthouse Reports, una ONG de periodismo de investigación.
De acuerdo con el portal de noticias The Wire, en el mercado de trigo de París, de referencia para Europa, se vio un aumento significativo de compras especulativas de futuros.
La actividad del Chicago Board of Trade, una de las principales bolsas de futuros del mundo, también refleja esta tendencia. Un estudio reciente del Centro de Investigación para el Desarrollo (ZEF), de la Universidad de Bonn, revela que la proporción de especuladores en el trigo duro y el maíz aumentó con el alza de precio de los productos básicos. Los investigadores también indicaron que la volatilidad de los precios de los futuros había aumentado significativamente desde finales de 2021.
Puertos seguros
“El aumento de las especulaciones incrementa el riesgo de que la configuración de precios se desacople de los fundamentos del mercado”, advirtió el reporte del ZEF.
En abril, analistas de banco de inversiones JPMorgan Chase & Co. sugirieron que los precios de materias primas podrían aumentar hasta un 40 por ciento.
En tiempos de incertidumbre, los operadores tienden a distanciarse de las inversiones de riesgo, como las acciones tecnológicas y las criptomonedas, favoreciendo en cambio puertos más seguros, como los alimentos y otras materias primas, como petróleo y fertilizantes. Pero los alimentos, como el trigo y otros granos, también pueden verse afectados negativamente por la inseguridad del mercado.
“Cuanta más incertidumbre hay en el mercado, mayor es la demanda de operaciones de riesgo”, dijo a DW Lukas Kornher, economista y director de proyectos de la ZEF. “Por eso vemos la afluencia de operadores especulativos en el mercado”.
Los problemas surgen cuando la especulación se vuelve excesiva. El precio de las materias primas puede desacoplarse de la oferta y la demanda física de dichos productos.
Millones de personas caen en la pobreza
La actual inflación y los precios récord de las materias primas en los mercados de futuros dan cuenta de una expectativa de escasez para los próximos meses, según Kornher, quien piensa que el mundo probablemente se encamina hacia una crisis alimentaria.
El índice de precios de los alimentos de la FAO subió un 36 por ciento en abril, en comparación con el mismo mes del año anterior, después de haber alcanzado un máximo histórico en marzo. El índice de precios agrícolas del Banco Mundial también alcanzó un máximo nominal histórico en el primer trimestre del año, con un incremento del 25 por ciento respecto al año anterior. Según un análisis del Banco Mundial, por cada punto porcentual de aumento de los precios de los alimentos, 10 millones de personas más caen en la extrema pobreza.
Expertos han llamado a proteger los mercados alimentarios de la especulación. Pero también advierten contra las medidas proteccionistas como reacción. “Debemos asegurarnos de que los países no apliquen restricciones a las exportaciones, que solo exacerbarían la inseguridad alimentaria que estamos viendo hoy día”, señaló a DW Arancha González, ex ministra de Relaciones Exteriores de España.