Enfermeras de NY presionan el “botón de pánico” ante aumento de puestos vacantes en hospitales
En doce centros hospitalarios privados se vence el contrato laboral de 17,000 profesionales de la enfermería: No solo demandan mejoras salariales, sino la contratación de más personal
Las enfermeras de Nueva York están elevando la “dosis” de una preocupación ya manifiesta durante los días más duros de la pandemia, pero que ahora pasa a ser un asunto de “vida o muerte”: hay una terrible crisis de personal en los hospitales de la ciudad.
“Cada enfermera debe atender mínimo cinco pacientes al mismo tiempo. Pero ahora la verdad es que atienden incluso diez en un mismo momento”, advierte la puertorriqueña Miriam Pagán Colón, una enfermera de cuidados intensivos del Hospital Presbyterian de Queens, quien se unió este miércoles a una concentración de sus colegas en las escalinatas de la Alcaldía de la ciudad de Nueva York.
Esta acción de protesta convocada por la Asociación de Enfermeras de Nueva York (NYSNA) se realizó antes de una audiencia de supervisión del Concejo Municipal en donde se conoció sobre el estado del personal asistencial en la ciudad, caracterizado por un nivel “peligrosamente bajo” de enfermeras tantos en los hospitales privados como públicos de la Gran Manzana.
El diagnóstico general es que aproximadamente 17,000 miembros de NYSNA en doce hospitales en la ciudad de Nueva York, incluidos algunos de los hospitales privados más grandes como Montefiore, Mt. Sinai y NewYork-Presbyterian, tienen contratos que se vencen el próximo 31 de diciembre.
Y, precisamente, uno de los ejes centrales de la petición de este gremio sanitario es que en el nuevo contrato se inviertan recursos y se hagan reestructuraciones administrativas para incorporar más personal para mantener a los pacientes seguros.
Los portavoces de NYSNA aseguran que a pesar de que en todos los hospitales los costos por intervenciones y atención han aumentado de manera constante en los últimos dos años, en el balance general, la fuerza laboral asistencial es mucho menor si se compara incluso antes de la pandemia.
“Tenemos una crisis nacional y estatal, pero en la ciudad de Nueva York en donde ya vivimos situaciones dramáticas con la pandemia, el diagnóstico es aún más terrible. Necesitamos mejores condiciones, especialmente mejores salarios, que retengan a este personal en los centros de salud”, refirió Pagán.
Protocolos más claros
Estos trabajadores también destacan que por las lecciones aprendidas por la pandemia de la COVID-19, en donde en principio se registraron fallas en equipos de bioseguridad, ahora exigen que se garanticen protocolos más claros en caso que una emergencia similar reaparezca en la ciudad.
Por ejemplo, cuando Nueva York entró en emergencia en 2020 por el “nuevo virus”, el 65% de las enfermeras reportaron, que al principio de la crisis, se vieron obligadas a rehusar las mascarillas N95.
En este sentido, la profesional de enfermería puertorriqueña Lucy Solasso, considera como muy relevante que ante las amenazas en este invierno de un brote simultáneo de COVID-19, gripe y virus respiratorio sincitial, las salas de urgencia y especialmente el personal sanitario no tenga que enfrentarse a situaciones similares.
“Enfrentamos hace dos años días muy duros, sin equipos, sin personal suficiente y poniendo en riesgo nuestras vidas. Una nueva contratación también debe incluir protecciones ante la posibilidad de que aparezcan nuevas emergencias de salud pública”, destacó Solasso.
Asimismo, Matt Allen un enfermero del Hospital Mount Sinai aseguró que durante este año ese centro hospitalario ha tenido 800 puestos vacantes.
“No vemos el mínimo interés de cubrir esos puestos. Mientras tanto, vemos pacientes esperando 20 y 30 minutos, porque el personal está atendiendo a doce pacientes más”, concluyó.
Por su parte, la presidenta del Concejo Municipal, Adrienne Adams, apoyó la causa de NYSNA y ratificó que el panorama es “crítico”.
“Esto es insostenible para Nueva York. Estamos con ustedes para pelear”, acotó.
Se están jubilando, pero…
A pesar de que la escasez de enfermeras en todo el país ha sido un problema debidamente documentado desde hace una década, tras la crisis agudizada por la COVID-19, el problema se ha acentuado.
Según la oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos el país necesitará más de 203 mil enfermeras registradas cada año hasta el 2026, para llenar los puestos que deja la fuerza laboral que se jubila.
“Estamos viendo que por ejemplo este año en el servicio de emergencia en donde trabajo, por lo menos 10 enfermeras se han jubilado este año. Y no se observa intención de traer nuevas profesionales. La orden es que quien queda, se distribuye el trabajo de quien se va, por el mismo salario”, relató a El Diario una enfermera ecuatoriana de un hospital privado en el Alto Manhattan, quien prefirió reservar su identidad.
Hay otro dato más demoledor. Con base a una encuesta reciente realizada por la empresa de personal ShiftMed, se precisó que dos tercios de las enfermeras del país expresaron su inclinación a dejar la profesión, dentro de los próximos dos años. Esto significa un salto asombroso del 50% que expresó esa misma intención el año pasado.
“Si bien la escasez cíclica de enfermeras es familiar para los empleadores de atención médica, la naturaleza única de la situación actual podría hacer que esta sea la más grave y desafiante de la historia”, concluye el reporte compartido por NYSNA.
El otro lado de la investigación de ShiftMed muestra que a medida que la industria de la salud ha evolucionado, más puestos administrativos están disponibles para personas capacitadas como enfermeras.
Esta tendencia continúa alejando a esas profesionales del cuidado de cabecera.
“Además, a medida que pasa el tiempo y las enfermeras se jubilan, menos estudiantes se inscriben y completan la escuela de enfermería. La inscripción más baja, se debe en parte a que los estudiantes tienen muchas más opciones de otras carreras disponibles en la actualidad”, destaca el reporte.
Algunas luces en NY
De acuerdo con algunas peticiones de NYSNA, es una prioridad que aumente el reclutamiento, mejoren las políticas salariales para retener a estos trabajadores esenciales y se revisen las condiciones de trabajo.
Hay algunas luces para el próximo año. La gobernadora Kathy Hochul confirmó una inversión histórica plurianual en atención médica de $20 mil millones, en el presupuesto del año fiscal 2023, que incluye una bonificación especial para los trabajadores de la salud para “equilibrar” los bajos salarios.
El presupuesto se dividirá en varias categorías diferentes, con un punto de enfoque en la creación de mejores condiciones para esta fuerza laboral esencial.
“Eso como bonificación es solo un alivio. Es como dar una aspirina para el dolor a un enfermo con cáncer. La realidad es que hay hay muchas vacantes. Y si las cosas van a este ritmo, solo será una forma de compensar a profesionales que están haciendo el trabajo de dos y tres personas”, aseveró María Contreras, una enfermera intensivista de un hospital en El Bronx.
En el norte del estado de Nueva York, la tasa de puestos vacíos en los hospitales es del 13.5%, el doble de lo que era antes de la pandemia, precisó a medios locales Gary Fitzgerald, presidente y director ejecutivo de Iroquois Healthcare Association, una organización de atención médica.
Enfermeras al comité de dotación
Desde este año 2022 está vigente en Nueva York la ley S.1168-A/A.108-B, la cual exige que las enfermeras deben ser incluidas en los comités que establecen la dotación de personal de los hospitales.
Históricamente este gremio estaba fuera de esa conversación. Pero se incorporarán a partir del 2023.
A la luz de esta legislación, representantes de enfermeras profesionales y auxiliares sindicalizados de cada centro hospitalario, tienen el derecho de supervisar los planes de dotación de personal como las matrices o cuadrículas que indican cuántos pacientes se asignan a cada enfermera y el número de personal auxiliar en cada unidad.
Hospitales: “Operamos con márgenes reducidos”
La Asociación Americana de Hospitales en medio de esta crisis también ha mostrado en reportes de este año sus propias cuentas.
“La pandemia ha puesto a prueba las finanzas de los hospitales y los sistemas de salud. Muchos hospitales operan con márgenes muy reducidos, por lo que incluso pequeños aumentos en los gastos pueden tener efectos negativos dramáticos en la operación”, destaca un reporte.
Esta asociación destaca que los aumentos de gastos han sido más difícil de soportar a la luz de la creciente inflación y el crecimiento de los precios de los insumos.
De hecho, a pesar del modesto crecimiento en los ingresos, en comparación con los niveles previos a la pandemia, los márgenes operativos de los hospitales medios se redujeron un 3.8 % para fines de 2021 en comparación con los niveles previos a la crisis de salud pública causada por la COVID-19.
Sin embargo, ponderan también que siguen buscando nuevas estrategias ante el desafío de reclutar y contratar a más personal especializado y garantizar la atención óptima que caracteriza al sistema de salud privado del país.
Sobrecarga de trabajo:
- 1 de cada 3 enfermeros han dejado los centros de salud de NY por la sobrecarga laboral.
- 5 pacientes en promedio por ley debe atender cada enfermero.
- 8 y hasta 10 pacientes están atendiendo muchos enfermeros.