Colores para las elecciones
Hasta ahora varias encuestas dan como favorito, en algunas por mayor margen que en otras, al precandidato de los Republicanos
¡Qué tal si no es Trump!
Esta semana la Corte de Colorado dijo que el expresidente no puede repetir candidatura por la investigación sobre la insurrección en la toma del capitolio en Washington DC el 6 de enero del 2021, pero sería la Corte Suprema la que diga la última palabra.
Los dos fijos candidatos a la nominación presidencial ya nos dijeron qué los motiva para llegar a la recta final de la elección en el 2024.
Aunque no está claro cómo sería su plan de economía, Donald Trump aclaró que se trataba de un chiste, cuando dijo en una manifestación política de Iowa que “sería dictador por un día” para cerrar la frontera con México, si ganaba la elección, olvidando la economía.
Habíamos dicho en anteriores columnas, amigo lector, que el fenómeno Trump venía como “tsunami imparable” y entre las profecías del año nuevo todavía es posible que esté en la papeleta electoral.
Esa premonición llevó a que el presidente Joe Biden reconociera públicamente que no tendría que ser candidato si Trump no estuviera en campaña para quitarle la Casa Blanca a los Demócratas, pero Biden tampoco aclara qué pasará con la economía.
Hasta ahora varias encuestas dan como favorito, en algunas por mayor margen que en otras, al precandidato de los Republicanos.
Como nos explicó recientemente el analista Puertorriqueño Elí Valentín, la nominación de Trump parece asegurada, pese a que su ex embajadora ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nimarata Nikki Haley, hija de inmigrantes de la India, le pisa los talones.
Aunque la política es el arte de lo posible, y ella podría arrebatarle esa candidatura, creemos que es difícil que, de nuevo, una mujer con ancestro inmigrante, sin ser blanca, logre el voto popular como lo hizo la hija de un jamaiquino hoy convertida en la vicepresidenta Kamala Harris.
Entonces la clave está en los números. En reciente entrevista, Adam Brandon, presidente del grupo republicano FreedomWorks, le dijo a Político, que el futuro del gobierno de los Estados Unidos, y por supuesto del mundo, está en manos de los votantes jóvenes e independientes que pueden cambiar esa opinión.
Es decir, la llamada “Generación Z” de los nacidos entre 1995 y el 2010, junto con los Millennials, entre los 27 y 42 años de edad, serían los grupos demográficos decisivos en: Pensilvania, Michigan, Georgia y Arizona como los estados swing o de color púrpura porque oscilan fácilmente fuera de los azules y rojos.
Brandon, también coincide con Bill Clinton, cuando explica que ese favoritismo traducido en votos efectivos será para quien ofrezca mejor economía. ¡Y creemos que así será!
Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Writer/Producer.