Obama inicia segundo mandato ‘más fuerte y decidido’
El Presidente Barack Obama inicia su segundo periodo listo para actuar y ceder menos al negociar, dicen expertos
El Barack Obama que tomó posesión en enero de 2009 enfrentaba una situación económica desastrosa, era objeto de enormes expectativas como un “agente de cambio” y tenía la idea de que negociando e incluyendo a los republicanos en todas las discusiones y cediendo a sus demandas, podría superar el ultra partidismo que se ha apoderado de Washington en los últimos años.
Obama buscaba, como lo dijo en más de una ocasión: “un solo EE.UU, no demócrata, no republicano, sino uno sólo”, un gobierno que superara el partidismo.
El Obama que toma posesión en enero de 2013 no parece tan idealista. Ni tan condescendiente.
“Obama aumentado y mejorado. Se acabó “Míster Nice Guy”, apunta la profesora de Política y Comunicaciones de USC, Sherry Bebitch Jeffe. “No parece que esté tan preocupado con negociar”.
Son varias las señales claras de que el Presidente Obama piensa actuar con más fuerza ante la oposición de los republicanos a la mayoría de sus propuestas, tono que marcó su primer período. La más reciente fue la presentación, el pasado miércoles, de 23 órdenes ejecutivas sobre control de armas de fuego para responder a la masacre de Newtown, Connecticut, ocurrida el pasado 14 de diciembre.
Unos días antes también dijo que no negociaría con los republicanos sobre el techo de la deuda y a principios de enero se negó a ceder respecto a buscar un aumento de impuestos para los más ricos, al que los republicanos se oponían rotundamente.
“Creo que en cierta forma, el Presidente Obama de hace cuatro años llevaba lentes color de rosa. Pero con el tiempo se dio cuenta que no importa lo que hiciera, los republicanos no iban a trabajar con él”, apuntó Christina Greer, profesora asistente de Ciencias políticas de Fordham University. “Se dio cuenta de que tiene mucho poder como cabeza del Ejecutivo y de que hay momentos en que debe usar ese poder”.
Raph Sonenshein, politólogo y director del Instituto Pat Brown de política pública de California, agrega que “en 2009, Obama tenía esta idea de que él iba a cambiar no sólo políticas públicas sino a transformar la política en general”, afirma Sonenshein. “Que iba a lograr que el león se acostara con el cordero. Al final se dio cuenta de que esta es una batalla y no un debate hermoso de ideas. Le costó muchísimo aprender esa lección”.
“La sólida reelección de Obama lo coloca en una posición más fuerte que la que tenía hace cuatro años, principalmente porque no tiene que volver a lanzarse a la reelección. Pero eso no quiere decir que Obama puede hacer lo que quiere”, dijo Jeffe.
“Un segundo período puede ser liberador para un Presidente porque no tiene que preocuparse de su propia reelección”, dijo la analista. “Pero el problema es que dos años después, su partido podría perder terreno en el Congreso, y debe tener cuidado de no destruir sus posibilidades. Pero sin duda, su camino es más amplio hoy que hace cuatro años”.
Históricamente, cualquier período de gobierno puede ser complicado por los eventos inesperados que ocurran, pero los presidentes que llegan a ser electos a un segundo período tienen una oportunidad importante: la de construir un legado que ocupe un lugar en la historia. El primer período tiende a ser para “apagar fuegos” (crisis) y, a menudo, el segundo para cimentar la relevancia histórica de una presidencia. No todo el mundo tiene esa oportunidad.
Obama logró en su primer período detener la caída de la economía, aprobar la reforma de salud y la reforma de Wall Street. También cambió su opinión, tras mucha presión, sobre el matrimonio gay y eliminó la política “don´t ask, don´t tell” de las Fuerzas Armadas. Su segundo período, según observadores, no tendrá la misma marca reformista, con excepción de un tema en particular: la reforma migratoria.
“Creo que Obama tendrá menos iniciativas nuevas en su segundo período, aunque ahora está encarando el tema de control de armas que es algo fortuito que ocurrió por el tiroteo de Newtown”, indicó el experto presidencial Robert Smith, de la Universidad Estatal en San Francisco. “Pero la reforma migratoria es algo que él prometió hacer en su primer período y no hizo. Es una asignatura pendiente”.
El Barack Obama del primer período prefería que el Congreso tomara las iniciativas, aunque fueran objetivos suyos (ejemplo, no presentó su propio proyecto de salud por medio de legisladores). En este segundo período parece que las cosas serán muy diferentes.
¿Qué Obama llegará a empujar la reforma migratoria, el conciliador del primer período o el Obama más valiente de finales del mismo? El éxito de la misma quizá dependa de ello, apuntan activistas.
“En esta ocasión parece que va a pedir lo que realmente quiere y no lo que piensa que los republicanos quieren”, indicó el Sonenshein, del Instituto Pat Brown.
En inmigración, el Obama del primer período no sólo no empujó la reforma, colocándola detrás de otras prioridades, sino que se convirtió en el presidente que más efectivamente aplicó las leyes de inmigración en la historia reciente del país, deportó a más gente en cuatro años que Bush en ocho y fue duro, tan duro que esta fue la única área en la que los latinos no lo apoyaron. Pero tampoco logró que los republicanos cedieran ni declararan su éxito aplicando las leyes.
“El hizo las deportaciones, y no logró votos para la reforma”, indicó Sonenshein. “Y entonces usó su poder ejecutivo (para diferir las deportaciones de Dreamers), lo que fue muy importante en su reelección”.
Agregó el experto que “su trabajo debe de ser muy difícil y probablemente toma más de cuatro años aprenderlo… veremos si lo hizo”.