Proyectan que retiro de cargos al alcalde Adams sella un pacto que “abre el grifo” a las deportaciones en la Gran Manzana
Analistas coinciden en que la decisión del Departamento de Justicia de desestimar los cargos de corrupción al alcalde, crea un precedente peligroso
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Como cientos de neoyorquinos las isleñas María y Carmen Rosas sienten que ya la justicia en el país, no es "igual para todos". Crédito: Fernando Martínez | Impremedia
Lo dicen residentes neoyorquinos, que no son analistas legales, solo siguen las noticias. Lo dicen los expertos académicos y jurídicos. Lo dicen, como es predecible, los rivales políticos del alcalde Eric Adams: El hecho que el Departamento de Justicia (DOJ) de la Administración Trump ordenara este lunes a los fiscales federales, que retiren los cargos de corrupción contra el mandatario municipal, es interpretado por muchos como un síntoma, en principio, de que “la justicia en el país, no es independiente e igual para todos”.
Además, esta solicitud plantea preguntas sobre el rumbo que toma la administración de justicia, durante el segundo mandato de Donald Trump. Y, más aún sobre la independencia de los fiscales federales.
En lo inmediato, varios analistas y líderes electos de la Gran Manzana coinciden que detrás de lo que denominan como la ratificación del pacto ‘Adams -Trump’, el gobierno municipal estará obligado a contribuir con más fuerza y coordinación con La Migra, en su agenda de deportaciones masivas.
De hecho, un memo interno revelado por medios locales horas antes de que se conociera la misiva del DOJ, instruía a los empleados municipales a permitir el acceso al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a las propiedades de la Ciudad si “se sienten razonablemente amenazados o temen por su seguridad o la seguridad de los demás a su alrededor”.
“Esto crea un precedente que cualquiera puede cometer fechorías y como tiene amigos en el poder, puede cambiar las cosas. Yo en mi ignorancia lo veo así. Yo no tengo razones para pensar que el alcalde es culpable, pero tampoco inocente. El problema es que el proceso lo pararon. Y eso genera dudas sobre la justicia, porque con en países corruptos latinoamericanos, en donde todo se negocia. No aquí”, opinó la dominicana Esther Guerrero, a las puertas de su edificio en Amsterdam House en Manhattan, quien remarca que luego de 40 años viviendo en el país, es la primera vez que observa “movidas” judiciales similares a las naciones “bananeras” del Caribe y Suramérica.
Analistas jurídicos que reaccionan en las últimas horas, se alinean con los comentarios espontáneos y de “esquina” de neoyorquinos de a pie: “nunca habíamos visto algo así”.
Las vecinas de Esther, las isleñas María y Carmen Rosas piensan lo mismo. Coinciden en que se está construyendo un mal precedente, para las generaciones futuras de gobernantes, que sentirán que pueden hacer cualquier cosa, si tienen a un “amigo presidente”.
“Me parece muy mal. Aquí el respeto de este país, era precisamente que todos éramos iguales ante la ley. Ahora quien tiene algo de poder, pensará que puede hacer lo que quiera. La justicia debe funcionar igual para todos. Esto lo vemos muy mal hecho”, comenta María.
Adams: “Todo es infundado”
Este martes, Adams agradeció al Departamento de Justicia por una acción que a su criterio termina con “una saga de meses que me hizo pasar a mí, a mi familia y a esta ciudad por un calvario innecesario”. Reiteró que todas las demandas, han sido “infundadas” y está preparado para recobrar la confianza de los neoyorquinos, basado en un trabajo de equipo que ha convertido a la Gran Manzana en una ciudad más fuerte y segura.
También hay en las calles voces que defienden al alcalde Adams. El puertorriqueño Roger Casado, de 60 años, asegura que el demócrata es víctima de una “cacería de brujas”, por haber cuestionado la desastrosa política migratoria del expresidente Joe Biden. El mismo “esquema” que interpreta sufrió el presidente Trump.
“Me parece que los neoyorquinos deben entender, que quienes están turno al bate para gobernar a la ciudad de Nueva York, solo quieren quitarle poder a la policía, empoderar más a los delincuentes y seguir con el relajo de la ‘ciudad santuario’, que solo ha traído problemas terribles a quienes pagamos impuestos”, considera el quisqueyano.
Entretanto, el colombiano Javier Farías, de 48 años, interpreta que hay líderes demócratas que quieren crear una novela de “buenos y villanos”, en donde el acérrimo enemigo de Nueva York es el presidente Trump: “Esto es absurdo, la amenaza de nuestra ciudad son los criminales, son la oleada de migrantes que quieren que los mantengan quienes pagamos taxes. Esa es la amenaza”.
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¿Justicia o presión política?
Del mismo modo, portavoces de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York ponderan que desestimar los cargos “sin prejuicio”, la administración Trump conserva la opción de volver a presentar cargos y mantiene abierto un canal para ejercer presión política.
“Al ceder terreno a los crueles designios de inmigración de Trump, Adams está traicionando a nuestras comunidades. Los neoyorquinos deben preguntarse si los intereses personales del alcalde y los de la ciudad, están ahora en conflicto indefinido”, expusieron en un comunicado.
Como era fácil de inferir, los adversarios políticos del mandatario municipal, quienes ya se han apuntado para medirse en las primarias demócratas para destronarlo del poder, lanzaron fuertes acusaciones.
La senadora estatal de Queens, Jessica Ramos interpreta que el mandatario municipal había “vendido a los neoyorquinos, para comprar su propia libertad. Donald Trump puede pensar que esto le da acceso para aterrorizar a nuestras comunidades, pero los neoyorquinos siempre nos defendemos unos a otros, sin importar cuántos narcisistas corruptos intenten lastimar a nuestras familias”.
A su vez el senador estatal Zellnor Myrie remató que la noticia “deja claro que la justicia está muerta en Estados Unidos”.
El asambleísta estatal Zohran Mamdani comentó que “se ha cambiado el enfoque del gobierno de la ciudad a un objetivo singular: mantenerse fuera de la cárcel” y el contralor municipal, Brad Lander acotó que “en lugar de defender a los neoyorquinos, Adams está defendiéndose a él”.
La representante de origen puertorriqueño, Nydia Velázquez criticó esta decisión en las redes sociales: “Las acusaciones eran graves y merecían un escrutinio real. Retirar estos cargos sienta un precedente peligroso y es una burla de nuestro sistema legal”, escribió.
El caso
Adams había sido acusado de cinco cargos de conspiración para sobornar, fraude y solicitar donaciones ilegales para campañas extranjeras. Se le señala en una investigación de varios folios de ayudar a acelerar la aprobación de un nuevo consulado turco en Manhattan, a pesar de las preocupaciones de seguridad, a cambio de donaciones ilegales y viajes de lujo gratuitos con grandes descuentos.
Los fiscales buscaron registros relacionados con sus tratos, con otros cinco países, y sugirieron que el caso podría ser mucho más grave.
En un memorando enviado a la fiscal federal interina de Manhattan, Danielle Sassoon, se le ordenó que desestimara los cargos “lo antes posible”. Se establece que esto se debe hacer “sin perjuicio”, una salvedad que significa que la oficina no tiene prohibido reabrir el caso.
Este comunicado fue emitido por el funcionario interino número dos del Departamento de Justicia, Emil Bove, quien acusó al ex fiscal federal de Manhattan que investigó a Adams, de haberlo hecho por razones políticas. Aunque no ofreció ninguna prueba.
Bove, quien fue uno de los abogados defensores de Trump en sus casos en Manhattan, escribió que el departamento quería retirar los cargos, porque el caso “había sido presentado en un momento inapropiado” y no por dudas sobre los méritos del caso o sobre la culpabilidad o inocencia del mandatario.
“El procesamiento pendiente ha restringido indebidamente la capacidad del alcalde, para dedicar toda su atención y recursos a la inmigración ilegal y el crimen violento que se intensificaron bajo las políticas de la administración anterior”, precisa el texto.
Pausa hasta después de las elecciones
Bove, un ex fiscal de la misma oficina que está procesando al alcalde, dijo que no habría “más ataques contra el alcalde Adams, ni más medidas de investigación hasta después de las elecciones de noviembre, cuando se reevaluaría el caso”.
Con base a balances de la agencia AP, después de que Adams fuera acusado en septiembre, cambió su tono sobre Trump, irritando a algunos en su propio partido, por su cercanía al republicano y su agenda de inmigración de línea dura.
“Este memorándum llegó horas después de que Adams, ordenara a sus altos funcionarios que no criticaran públicamente a Trump, incluidas las políticas de inmigración”, reforzó la agencia.
La medida se tomó después de que el demócrata, quien se postula para la reelección, había tenido diferentes acercamientos con Trump, asistió a su toma de posesión y dijo a los periodistas que no criticaría públicamente al presidente.
Los casos pueden reactivarse
Por su parte el abogado de Adams, Alex Spiro, se jactó de que “el Departamento de Justicia ha reevaluado este caso y ha determinado, que no debe seguir adelante, simplemente porque no se detectaron irregularidades”.
Pero de acuerdo con analistas jurídicos, el memorando de Bove tiene más que decir. En este momento, deja en manos de la Fiscalía de Estados Unidos, la decisión sobre la solidez de las pruebas del caso.
En otras palabras, se está admitiendo que el proceso inicial fue sólido. También se mantiene abierta la posibilidad de que los casos puedan reactivarse.
“En teoría, no hay nada que impida a la Fiscalía de Estados Unidos, presentar nuevos cargos en noviembre”, dijo Arlo Devlin-Brown, exjefe de la unidad de corrupción pública del Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York a la publicación Rolling Stone.
Asimismo, el ex fiscal federal Jeffrey Toobin, cuestionó frontalmente en la cadena CNN, la decisión del Departamento de Justicia de retirar los cargos contra el alcalde de la ciudad de Nueva York.
“Esta es una de las situaciones más extrañas que he visto. El fiscal general adjunto interino, Emil Bove presenta quejas de que Adams, fue un objetivo político, de lo cual no hay absolutamente ninguna prueba. Esto es lo que sucede en países autoritarios, donde el Estado de Derecho no se aplica de manera igualitaria. Solo se aplica, como el líder quiere que se aplique”, dijo al describir a un régimen autoritario.
Datos:
- 49% de los votantes dijeron que se opondrían a que el DOJ desestimara el caso de corrupción de Adam en una encuesta realizada en alianza entre PIX11 News, Emerson College y The Hill.
- 27% dijo que apoyaría la medida. 24% de los consultados indicaron que no tenían opinión al respecto.