Hoffman deja fuera del testamento a sus dos hijas
El actor sólo nombra a su hijo mayor Cooper en el escrito de sus últimas voluntades porque desde el 2004 nunca lo actualizó
La última voluntad del fallecido Philip Seymour Hoffman era que su sus hijos se criaran alejados de Hollywood.
El actor dejó la mayor parte de su patrimonio a su pareja Mimi O’Donnell y pidió en su testamento que su hijo mayor, Cooper, creciera en tan sólo tres ciudades de Estados Unidos: Chicago, San Francisco ysu natal Nueva York.
La estrella de Capote, que murió de una sobredosis de heroína el 2 de febrero, redactó su testamento en 2004 antes de que nacieran sus dos hijos más pequeños – y en aquel entonces su único hijo era Cooper– y en él expresó su “fuerte deseo” de tener a su hijo rodeado de arte y cultura.
En los documentos obtenidos por el New York Post, escribió, “Es mi gran deseo… que mi hijo, Cooper Hoffman, sea criado y resida en o cerca de la ciudad de Manhattan … o Chicago, Illinois, o San Francisco, California.
“El propósito de esta solicitud es para que mi hijo esté expuesto a la cultura, las artes y la arquitectura que ofrecen este tipo de ciudades.”
El actor y O’Donnell tuvieron dos hijas más, Tallulah, de siete años, y Willa, de cinco años, pero el testamento no fue actualizado, por lo que sus nombres no se han añadido a los documentos legales.
O’Donnell fue nombrada como la principal beneficiaria de su herencia y también la nombró tutora de su hijo y administradora de un fondo de dinero creado en el nombre de Cooper pagar por su “educación, apoyo, salud y mantenimiento”.
De acuerdo con los documentos presentados en el Tribunal Surrogate de Manhattan la mañana del miércoles, Cooper, de 10 años, recibirá la mitad del dinero a la edad de 25, y el resto cuando cumpla 30.
El socio de Hoffman, Emily Tiff, fue nombrado el albacea de sus bienes.