Emociones que enferman
Ira, ansiedad, estrés afectan tu sistema inmunológico y te hacen vulnerable enfermar
Hoy ha terminado el día y concluyes que ha sido muy difícil para ti, incluso hablar por teléfono con alguna amiga te hace sentir cansancio, por lo que intuyes que o vas a enfermarte o alguna bacteria ya está alojada en tu organismo porque te sientes mal y sin energía.
Tal vez tu primer impulso sea tomar algún medicamento que te haga sentir mejor y si no funciona a corto plazo, optarás por acudir al médico. Probablemente no parezcan medidas descabelladas, sin embargo, lo ideal sería que antes de tomar una decisión, te dieras un tiempo para reconocer tu cuerpo y la manera en que las emociones se proyectan en él: muchos malestares que nos afectan pueden tener un origen más emocional que físico.
La psicóloga Rosario Adriana Peña Rivera afirma que las emociones se producen a nivel cerebral y por tanto tienen un efecto en el organismo: si te sientes feliz generas sustancias químicas que benefician las funciones corporales, pero ocurre lo contrario cuando son sensaciones negativas. ¿Sientes ira, ansiedad o enojo? Tu cuerpo lo resentirá ya sea en un dolor de estómago, de cabeza o hipertensión arterial.
“Las emociones tienen un papel adaptativo, nos ayudan a responder ante algún evento que pone en riesgo nuestro equilibrio y por lo tanto son capaces de modificar los procesos físicos y provocar enfermedades. La misma Organización Mundial de la Salud ha advertido acerca de que el 90% de éstas son de origen psicosomático, es decir, que el cuerpo refleja lo que la mente guarda, por lo tanto, la primer medida a tomar es revisar qué es lo que nos molesta y cómo podemos intervenir para cambiar esa situación”, dice la especialista.
Parece inevitable experimentar emociones negativas, sin embargo, cuando inicias un proceso de reconocer qué te molesta, qué te hace sentir, cómo puedes influir para cambiarlo y tomas acción sobre esto, descubrirás que hay otras formas de darle la cara a la adversidad. El reto está justamente en no permitir que algo que te lastima o enoja permanezca contigo todo el día.
La manera en que manejas tus emociones es proporcional al estrés que hay en tu vida. La ira, la ansiedad o la depresión, tienden a afectar el sistema inmunológico, por lo que estarás más vulnerable a contraer padecimientos como alergias, hipertensión, enfermedades gastrointestinales, entre otras.
Y si bien es cierto, dice la experta, que en la adquisición de enfermedades intervienen factores externos como la alimentación, el estilo de vida e incluso el medio ambiente, también lo es que procurarte experiencias gratificantes, reconocer tus áreas de acción para solucionar conflictos y asumir tu responsabilidad de procurarte bienestar físico, emocional y espiritual son la forma de propiciar un estado saludable para ti.
Para leer: Tú puedes sanar tu vida. Louise L. Hay. Editorial Diana
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