El contragolpe de Mayweather
El éxito de 'Money' se basa en su excelente defensa, donde nacen sus peligrosos golpes
Floyd Mayweather Jr. es una máquina de boxear que entiende como nadie que la mejor defensa es el ataque, literalmente.
Aunque parecería que “Money”, de 38 años de edad, sube al ring a montarse en la bicicleta y escapar de sus rivales, una revisión más detenida de sus acciones enseña que lo suyo es una armonía de piezas actuando en conjunto para llevar a cabo el principio básico del boxeo: golpear sin ser golpeado.
Corre los riesgos que cualquier otro púgil, y para diluirlos ha perfeccionado el contragolpe que muchos amonestan de estilo defensivo de poco lustre, pero que en realidad es el arma que lo mantiene invicto hasta la fecha.
“Me he subido al ring con peleadores más atléticos y con más poder que yo, pero los he derrotado, no con mi velocidad ni mi poder”, señalaba Mayweather en una entrevista hace una década. “Les gano con mi inteligencia”.
Mayweather Jr., el de las 47 peleas sin conocer la derrota, se ha colgado muchas etiquetas con esa gran boca que lo acompaña. Pero a la que quizás le atinó, más allá de su arrogancia, es a la de “el mejor contragolpeador de la historia”, de acuerdo a una entrevista en 2011.
Ahí es donde radica su avanzado ‘IQ’ boxístico. La gran mayoría de sus triunfos, tanto los nocauts como las decisiones, tienen al contragolpe como materia prima en su construcción. Además de saber pegar, Mayweather sabe encontrar el momento propicio para entregar su candela. Y esa siempre nace en su defensa.
De esto, hay pruebas.
La búsqueda en Wikipedia del término counterpunch, contragolpe, muestra en su sección de “Notables Exponentes” a Floyd Mayweather Jr. como el primero de la lista, seguido de púgiles históricos como Marvin Hagler, Evander Holyfield, Salvador Sánchez, Erik Morales o Ricardo López.
Todos sus rivales han querido apabullarlo, pero Mayweather, maleable como el oro que presume, se amolda a cualquier adversario y situación. Si la pelea llama por la guardia en alto, su izquierda es la protagonista.
En su famosa guardia cruzada, la siniestra caza desde abajo, mientras la diestra aguarda a que el rival caiga en las trampas que Mayweather le tiende. Porque Mayweather, confiado en su velocidad y sus grandes reflejos, se ofrece como carnada que cada uno de sus contrincantes ha buscado morder.
Al final, siempre ha sido el mismo el resultado.
Él fácil evade los embates contrarios y en menos de un aletazo de colibrí despacha derechas o zurdas desintegradoras, las armas con las que venció a Shane Mosley, dominó a Juan Manuel Márquez, castigó a Óscar de la Hoya, pulverizó a Diego Corrales y destruyó a Ricky Hatton, entre otros.
Tras cinco años de eludir al “Manila Ice” de Manny Pacquiao, se aproxima la hora para que dispare sus contragolpes ante el aguerrido filipino, acaso la más dura prueba para el que se proclama como el mejor de todos los tiempos.
Maestros de la defensa
Aunque el lugar común es asegurar que Mayweather pelea a la vieja usanza, lo más correcto es ponerle nombre y apellido a ese estilo, pues han sido pocos los que lo han dominado.
La memoria del “Intocable” argentino Niccolino Locche salta cuando se ve boxear a “Money”. El sudamericano se ganó el mote porque sus grandes reflejos y el manejo de su cuerpo lo hacían un rival elusivo en extremo.
Su falta de poder lo separa de Mayweather Jr. Aunque no era un noqueador, su estilo escurridizo lo sentó en el trono de los wélter junior en 1968 cuando el campeón Takeshi Fuji se retiró de la pelea en el décimo asalto frustrado y agotado al no poder golpear al mendocino. Locche perdió en su sexta defensa y al poco tiempo se retiró con marca de 117-5-14 (14 KOs).
Otro prototipo defensivo familiar es Julio César Chávez, cuyos movimientos de cintura y de cabeza para esquivar golpes no le pedían nada a los de Mayweather.
No obstante, lo que para el “Gran Campeón Mexicano” era un valioso recurso, para “Money” es un forma de vida y de sobrevivir entre las cuerdas.