El Papa clama por inmigrantes y el fin de la pena de muerte
Su temario incluye la inmigración, la defensa de la familia, y el combate contra la pobreza y el cambio climático
WASHINGTON, D.C. – En un histórico discurso ante 535 miembros del Congreso y los jueces de la Corte Suprema, el Papa Francisco se presentó como un “hijo de este gran continente” que tiene una “responsabilidad común”, e instó a los legisladores a ver a los inmigrantes como “personas” y dar una respuesta “humana” al problema de inmigración.
A continuación extractos del discurso:
Contra el fundamentalismo: El Papa pidió la búsqueda de un “equilibrio” para “combatir la violencia perpetrada en nombre de la religión, ideología o sistema económico”, sin descuidar la protección de las libertades religiosa, intelectual e individual.
“Nuestro mundo es cada vez más un lugar de conflicto violento, odio y atrocidades brutales cometidas en el nombre de Dios y la religión. Sabemos que ninguna religión es inmune a varias formas de aberración individual o extremismo ideológico. Esto significa que debemos estar especialmente atentos a todo tipo de extremismo, sea ideológico o de cualquier tipo”.
“Nuestra respuesta tiene que una de esperanza y sanación, de paz y justicia” y reunir el valor e inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas en el mundo, dijo.
A favor de los inmigrantes: Pidió que el Congreso no se alarme por los miles de migrantes que viajan hacia el Norte “en busca de una mejor vida para sí y sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades
“No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”.
Contra la pena de muerte: En un país que aún practica la pena capital para disuadir la criminalidad, el Papa renovó su pedido de abolir la pena de muerte en este país y en el resto del mundo.
“Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito. Recientemente, mis hermanos Obispos aquí, en los Estados Unidos, han renovado el llamamiento para la abolición de la pena capital. No sólo me uno con mi apoyo, sino que animo y aliento a cuantos están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación”.