Lila Downs milagrosa
La cantante de origen oaxaqueño recorre el país con su más reciente producción musical
El nuevo CD de Lila Downs se llama Pecados y Milagros: los pecados son los que no permiten que México avance; el milagro es su hijo Benito.
Siempre es un placer entrevistar a Lila para escuchar la lucidez de sus ideas y entender mejor el espíritu aguerrido y noble de sus composiciones musicales. Esta vez la conversación es telefónica y, desde Oaxaca no tiene problema a la hora de su maternidad, de su milagro: su hijo Benito Dxuladi, a quien llama “mi bendición” en su nuevo CD.
“Ese es mi milagro, pues no pensé que me fuera a renovar de tan inmediata manera este bebé. Diario aprendemos cosas nuevas con él y nos divertimos mucho. Es una fuente de luz y de amor para mi familia”, dice Lila mientras se escucha la vocecita del pequeño al otro lado de la línea telefónica.
No cuesta mucho trabajo imaginar que el nombre de su hijo está inspirado en Benito Juárez, el presidente mexicano de origen zapoteco. “Sí, en Benito porque es oaxaqueño, pero también en el santo, porque San Benito es un santo milagroso”, afirma la cantante de raíces oaxaqueñas y estadounidenses.
El pequeño Benito es adoptado, lo cual no fue una decisión fácil, ni rápida para Lila. “Fíjate que yo había perdido la fe, de ahí sale ese disco que se llama La Cantina [de 2006]. Me tiré un poco al vicio porque estaba muy triste de no poder concebir, y en todo esto pasaron como cinco años. Mi mamá trataba de convencerme de que yo debía adoptar, pero me costó mucho tiempo decidirlo, porque es una decisión grande”, explica Downs.
“Ahora me doy cuenta, fíjate, que uno tiene mucho prejuicio acerca de la adopción, porque uno cree: hay pues no es mi sangre, no va a ser mío de verdad, no es de nuestra raza. Miles de cosas que tenemos, y la sociedad también. Entonces ahora he descubierto muchas cosas con la adopción”, continúa.
En su nuevo CD que salió al mercado el 31 de enero, Lila Downs afirma en la dedicatoria que su pequeño hijo Benito le “devolvió la fe en la vida”. En la entrevista dice que no hay que mirar la adopción como algo negativo porque a ella le ha llenado la vida de alegría.
Su nueva producción, explica, está inspirada en los exvotos mexicanos, también llamados retablos o láminas, que son ilustraciones realizadas en láminas de hojalata que se ofrendan a los santos para agradecer un milagro concedido.
“Los exvotos modernos a mí me parecen muy fascinantes porque es como un diálogo con Dios y con los santos. En estos tiempos en que vamos pasando una etapa muy difícil en México [?] cuando el pueblo ya está desesperado, como que tenemos más diálogos con Dios”, afirma la cantante.
Cada uno de los temas de su nuevo CD viene acompañado por un retablo o exvoto inspirado en alguna de sus canciones. Estas quince pinturas realizadas por artistas mexicanos, además de ilustrar el disco, serán exhibidas en el Museo Nacional de Arte de México (MUNAL) hasta el seis de marzo.
Una de las canciones interpretadas por Lila junto con Totó la Momposina y Celso Piña viene acompañada por un retablo que trae entre sus elementos gráficos la imagen de Emiliano Zapata, la muerte y un campesino, entre otras cosas. A él se refiere Lila para hablar más sobre la difícil situación que atraviesa México.
“Hay un tema que compuse que se llama Zapata se queda, que está dedicado al Caudillo, porque creo que todos nos identificamos de alguna manera con el revolucionario, como mexicanos. Por una parte queremos una sociedad más justa, más moderna, en la que se respeten nuestros derechos, en la que los políticos respeten nuestra dignidad; pero al mismo tiempo tenemos muchos problemas culturales que traemos, como la mentira, pecaditos que a veces los consideramos insignificantes, pero que todo eso aporta a que no haya una mejoría en nuestra sociedad”, explica.
Otro de los retablos que destacan en el CD, por la metralleta que aparece en primer plano, es el que ilustra a la canción La reyna del inframundo, la cual pareciera hacer referencia a alguna narcotraficante famosa como La reina del Pacífico, sin embargo dice Lila, sin mencionar ningún nombre, que está dedicada a una persona muerta.
“Es un tema un poco en la tradición de la canción chusca que es crítica. En los cuarentas y cincuentas se acostumbraba componer temas que criticaban alguna situación social del momento, y yo creo que a eso se refiere la canción. Es alguien que ya murió porque estaba involucrada en el crimen organizado y finalmente ella está cantando desde la muerte”, explica Downs.
La canción cuenta la historia de una mujer delincuente cuya alma se encuentra penando en el purgatorio a varios metros bajo tierra y desde allá le dice a su amor que ya no podrá “mirar su linda cara”, “ni con todo el dinero de este mundo”.
La nueva producción contiene canciones compuestas por Lila Downs y Paul Cohen, su esposo y productor musical, así como piezas clásicas de la música mexicana como Cucurrucucú paloma, de Tomás Mendez, Fallaste corazón, de Cuco Sánchez o Vámonos, de José Alfredo Jiménez.
Además incluye Tu cárcel, de Marco Antonio Solís, la canción Solamente un día, al ritmo de bachata y el tema Pecadora, que canta con los argentinos Illya Kuryaki and the Valderramas.