Obama y Romney calientan la batalla electoral
De acuerdo a Rasmussen Report si la elección fuera hoy, los candidatos estarían empatados en un 45%

Mitt Romney cuenta con un gran respaldo económico. Crédito: EFE
WASHINGTON, D.C.- Las cartas están sobre la mesa. Será Mitt Romney versus Barack Obama, el próximo 6 de noviembre. Una disputa que decidirán los votantes independientes y que ahora, parece más reñida que nunca.
Las encuestas los muestran batallando voto a voto. De acuerdo a Rasmussen Report si la elección fuera hoy, los candidatos estarían empatados en un 45%. Mientras entre los votantes que no están afiliados a ningún partido, el mandatario sólo cuenta con tres puntos de ventaja.
En tanto, una indagación realizada esta semana, por la organización Third Way, entre electores independientes, mostró un panorama complicado para ambos frentes. Áreas como Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Carolina del Norte, Nuevo México, Nevada, Ohio, Pensilvania y Wisconsin, están indecisas.
Un 35% dio sus preferencias a Obama, un 29% a Romney y un 36% dijo que aún no había resuelto por quién votar.
Expertos como Stephen Wayne, profesor de la Universidad de Georgetown y autor del libro Camino a la Casa Blanca, aseguran que más que una carrera entre Romney versus Obama, la elección es un voto positivo o negativo a la gestión del Presidente.
“En general ocurre de este modo, cuando tienes a un mandatario compitiendo por la reelección. El centro de atención es él, no Romney. Radica en cómo ha manejado la crisis económica, si el país está mejor o no.
Será una elección muy peleada y se decidirá a través de los votantes independientes”, aseguró.
“Obama tiene una ventaja de organizaciónl, pero no financiera. Eso le ayudará a elevar la participación de sus votantes, lo máximo posible”, agregó.
Durante las últimas dos semanas, el mandatario se ha enfocado en promover la “regla buffett”, como uno de los estandartes de su campaña. Esta consiste en elevar los impuestos hasta un 30%, de las personas que ganen más de un millón de dólares anuales. Actualmente pagan un 18%.
“Uno de cada cuatro millonarios paga menos impuestos, que la mayoría de familias trabajadoras de clase media”, dijo ayer el Presidente.
“Esto no se trata de redistribuir la riqueza. Eso lo dicen quienes se oponen a un plan de impuestos justo. Esto se trata de crecimiento”, enfatizó.
“Es una buena estrategia. Está llamando la atención de los estadounidenses de clase media y estereotipando a los republicanos como el partido de los ricos”, comentó Wayne.
La “regla buffet”, le ha sido útil al mandatario para exponer otro concepto en la opinión pública, el de “justicia económica”; otro que bien puede ser uno de los mensajes fuertes de su campaña, que reemplazaría al emblema de “cambio” que ensalzó en 2008.
Por el lado de la campaña de Romney, incluso antes del retiro de Rick Santorum, fuentes en el interior de sus filas ya habían reconocido esfuerzos de recaudación de fondos para la elección general.
Además de esto, el candidato republicano tendrá un fuerte espaldarazo de los llamados “Super PAC”. Estos grupos pueden recaudar cantidades ilimitadas de dinero, de diversas fuentes.
“Super PAC” como American Crossroads, fundado por el exestratega del presidente George W. Bush, Karl Rove, ya ha recaudado 200 millones de dólares. Sus voceros indicaron que desplegarán la primera fase de su campaña contra Obama entre mayo y julio.
Otra clave para Romney, será cómo se posiciona ante los ojos del público. “Ahora debe enfocarse en los temas grandes que aquejan a esta nación. Economía, empleo, seguridad nacional. Debe hacer la transición lo más pronto posible, desde las primarias, hacia la campaña general”, explicó la consultora republicana Ana Navarro.
Aunque en las primarias de la coalición conservadora, los candidatos dejaron más que rasguños en la imagen de Romney, la analista insiste en que la larga contienda, tuvo efectos positivos para Romney.
“El proceso lo obligó a construir equipos fuertes en estados como Florida y Ohio. Él ahora se convertirá en el general de las tropas republicanas. Ha sido una campaña larga y sufrida, pero su aprobación en la base evangélica conservadora ha mejorado mucho”, aseveró.
Quedan un poco más de seis meses para noviembre. Tiempo decisivo para la elección. Un paso en falso de cualquiera de los candidatos, puede cambiar el destino de los comicios.