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La suspensión escolar

El problema de la disciplina de los alumnos en la escuela está resolviéndose de la peor manera posible, con una suspensión al primer acto de desobediencia o desafío. Esta es una manera de tirar al alumno problemático por la borda en nombre de querer enseñar al resto de los alumnos.

Se estima que más del 40% de las suspensiones en California son por actos de “desafío voluntario”, o sea, por infracciones relacionadas a la falta de respeto, a la actitud desafiante y a la desobediencia. Esta es una manera de usar un castigo desproporcionado -que antes era utilizado ante infracciones graves- como manera de enfrentar problemas regulares de disciplina escolar.

El uso excesivo de suspensiones no resuelve las dificultades del estudiante problemático, sino que precisamente hace lo contrario al alejarlo físicamente de la escuela.

Todavía preocupa más, que esta política de suspensiones está afectando de una manera desproporcionada a los estudiantes latinos, afroamericanos, nativoamericanos y discapacitados. Estos son los menos indicados para dejarlos caer fuera del sistema educativo.

Una alternativa a este problema es el que ha estado implementando la secundaria Garfield y de Los Ángeles, que en su momento tuvo cientos de suspensiones y el año pasado registró un solo caso de este tipo. El secreto ha sido la capacitación de los educadores en técnicas para el manejo del aula si tienen muchos alumnos con problemas de disciplina, entre otros.

Al mismo tiempo, en Sacramento el asambleísta demócrata Roger Dickinson presentó el proyecto de ley AB2242 para eliminar el castigo de suspensión o expulsión para el llamado “desafío voluntario” o cualquier otra acción que interrumpa una clase.

Creemos que es necesario un cambio de cultura en el aula donde la meta es una enseñanza para todos los alumnos y no solo para los que se portan bien.

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