Circuncisión: lo que todo padre latino debe saber
La madre y el padre del recién nacido son los únicos que deben decidir si hacerla o no.
Nueva York – Aparte de las razones o motivos religiosos y culturales que llevan a muchos padres a realizarle la circuncisión a sus hijos recién nacidos, esta práctica también tiene su origen en decisiones médicas que van más allá del debate y la polémica ideológica que por siglos han rodeado al asunto.
“La declaración oficial de la Academia Estadounidense de Pediatría es completamente neutral sobre este tema. No motiva o desalienta a los padres para que lo hagan”, enfatiza el doctor Alvin Moyer del Centro Pediátrico Elizabeth Seton (*), ubicado en Yonkers.
“Es una decisión personal de los padres basada en su cultura, religión y creencias”, agrega el pediatra quien ha realizado más de mil circuncisiones en el pasado.
La circuncisión es una cirugía poco compleja, que consiste en cortar la piel que cubre el glande o cabeza del pene, llamada prepucio. Se le conoce como circuncisión neonatal cuando se practica en recién nacidos. Muchas veces se realiza a nivel ambulatorio y con anestesia local, aunque hay casos en que se requiere anestesia general y hospitalización.
Entre los motivos médicos que hacen realmente necesaria la circuncisión se encuentran:
- Fimosis: es un problema anatómico del prepucio que consiste en la estrechez del mismo y la incapacidad de retractarlo, causada por un anillo fibroso.
- Parafimosos: es la condición agravada de la fimosis.
- Balanitis: inflamación e infección del glande.
- Postitis: inflamación e infección del prepucio.
Existen otros beneficios médicos que se le atribuyen a la circuncisión según varios estudios epidemiológicos, aunque los mismos tienen muchos detractores. A continuación le nombramos algunos:
- Disminución efectiva de la probabilidad de desarrollar cáncer de pene.
- Reduce los riesgos de sufrir infecciones del aparato urinario.
- Menos frecuencia de cáncer del cuello uterino en parejas de hombres circuncidados.
- Se eliminan las células de Langerhans, ubicadas en la piel interior del prepucio, que atraen virus, entre ellos el VIH/Sida y otras infecciones venéreas.
- Un pene circuncidado es más fácil de mantener limpio durante el día, por lo que es menos propenso a infecciones.
- Se evita la producción de esmegma, que es la secreción sebácea (substancia blanca, espesa y de mal olor) que se acumula debajo del prepucio, que favorece la acumulación de bacterias, microorganismos y virus.
“Sabemos que hay un pequeño aumento en el riesgo de infecciones del tracto urinario en los niños que no han sido circuncidados comparado con los que sí lo han sido, pero eso ocurre sólo durante el primer año de vida del niño”, indica el doctor Moyer.
“De todas maneras, las infecciones urinarias son más bajas en los varones, en general, que en las hembras”, añade el experto.
Aunque estudios científicos aseveran una reducción en el riesgo de infectarse con virus y enfermedades venéreas como el VIH/Sida, muchos médicos aducen que esos padecimientos anteriores no tienen relación directa con que haya o no circuncisión, sino con buenos hábitos de higiene.
Para justificar esto, algunos expertos se basan en estadísticas que muestran que en Europa, donde la mayoría de los hombres no están circuncidados, hay una menor tasa de cáncer de pene, infecciones urinarias e infecciones por VIH que en EE.UU., donde la mayoría de los hombres sí lo están.
“Se ha reportado un bajo riesgo de enfermedades de transmisión sexual en los hombres circuncidados, pero este riesgo desaparece si se le enseña una higiene y limpieza adecuada a los hombres con penes no circundados”, apunta el doctor Moyer, quien asegura mantenerse neutral en torno al tema.
“Las parejas futuras de los niños circundados también tendrán un bajo riesgo de enfermedades sexuales y de algunos tipos de cáncer como el cervical, que está asociado al enfermedades de transmisión sexual como el Virus del Papiloma Humano.
Pero esos riesgos no son significativos en hombres no circuncidados”, dice el pediatra.
Los que censuran la circuncisión indican que esta práctica disminuye el placer sexual del hombre, debido a que se deja el glande completamente expuesto a roces y contacto permanente con el medio exterior provocando pérdida de sensibilidad. Sin embargo, sus defensores explican que durante la circuncisión sólo se corta la piel que cubre el glande y no se remueven las terminaciones nerviosas que están en la cabeza del pene y que son las que producen placer.
“Los hombres circuncidados tienen sexo, lo disfrutan y se masturban sin problema”, aclara el doctor Moyer.
Los que se oponen a la circuncisión también le atribuyen problemas a la operación como infecciones de la piel, sangrado, mala cicatrización y dolor. Además -indican-, es probable que los padres se vean obligados a pagar por el procedimiento porque muchos seguros médicos no cubren esta cirugía.
“Las complicaciones tras una circuncisión son muy raras, aunque sí existe el riesgo de infecciones. La mayoría se realizan cuando el niño tiene pocos días de nacido y a esa edad no se presentan típicamente problemas de sangrado”, comenta el experto, quien aclara de inmediato: “La mayoría de los pediatras reconocen que los beneficios médicos de la circuncisión no superan claramente los riesgos o el dolor que están envueltos en la cirugía”.
El pediatra enfatiza que los padres deben aprender a limpiar y tener un cuidado adecuado del pene no circundado de su hijo para que no existan problemas. “Pueden causar una condición llamada Parafimosos, que es cuando fuerzan el prepucio hacia abajo y se queda atorado. Los padres nunca deben forzar un prepucio que no baja naturalmente”.
“Cuando el niño crece el prepucio se estirará naturalmente. Los niños muy pequeños tienen erecciones naturales que estiran el prepucio y le permiten eventualmente pasar fácilmente de la cabeza del pene”, explica el pediatra.
Según el experto, la última palabra para hacerle la circuncisión a un niño la deben de tener los padres del bebé al que se le debe enseñar desde muy temprano prácticas de higiene diario de sus genitales, estén o no circuncidados.
Si al final usted decide someter a su hijo a una circuncisión recuerde que la mejor manera de evitar complicaciones y posibles riesgos es acudiendo a un urólogo o un pediatra cirujano especializado -y certificado- en este tipo de procedimientos.
(*Allí no se practican circuncisiones).