Uribe demandará a Mancuso por calumnia
Vinculan al exmandatario con disueltas Autodefensas Unidas de Colombia
Bogotá.- El expresidente colombiano Álvaro Uribe demandará por calumnia al antiguo jefe paramilitar Salvatore Mancuso por haberle atribuido nexos y conspiraciones con la disuelta organización AUC, anunció ayer en Bogotá un abogado del exgobernante.
El jurista Jaime Granados, del equipo de defensa de Uribe, dijo que su cliente también solicitará a la Fiscalía General que excluya a Mancuso del programa de beneficios que le otorga la ley de justicia transicional que se aplica a los desmovilizados de las disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El anuncio de las querellas es una respuesta del expresidente (2002-2010) a una serie de aseveraciones sobre él vertidas por Mancuso en la mañana de este viernes en una larga entrevista con la cadena Caracol Radio.
Mancuso habló desde la prisión estadounidense de Warsaw (Virginia) en la que se encuentra recluido desde que fue extraditado al país norteamericano en mayo de 2008, dos años después de la disolución de las AUC.
En la entrevista, el exparamilitar sostuvo que mantuvo reuniones con Uribe e hizo aportaciones a su campaña de reelección en 2006, dijo que desde el Gobierno de la época se conspiró contra la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y detalló una serie de supuestos nexos o colaboraciones de altos cargos, militares y empresarios con las AUC.
En respuesta a algunas de las aseveraciones, el jurista Granados expresó que Mancuso “falta a la verdad de manera grave” al afirmar que se reunió con Uribe y “es absolutamente mentiroso” con el dicho de que “orquestó una campaña de desprestigio” de la CSJ.
Además del proceso criminal, el letrado indicó que pedirá al comité parlamentario que investiga de manera preliminar a Uribe por estos hechos que se ordene recibir un interrogatorio formal de Mancuso para que concrete sus afirmaciones con el fin de hacer evidente “su mentira”.
Mancuso, ganadero de ascendencia italiana y extraditado a Estados Unidos en mayo de 2008, se desmovilizó en virtud de un proceso de paz con el Gobierno de Uribe que llevó a la disolución, en 2006, de las AUC, con el desarme de más de 31,000 paramilitares.
El antiguo mando máximo de las AUC fue entregado a Washington junto a otros doce exjefes de esta organización, todos ellos reclamados por narcotráfico, lavado de activos y financiación al terrorismo.