Auguran costosa campaña presidencial
Barack Obama y Mitt Romney rechazaron la financiación federal
Washington.- La batalla entre el presidente Barack Obama y el republicano Mitt Romney será la campaña presidencial más costosa de la historia nacional.
Los motivos son dos: es la primera vez que los candidatos de los dos grandes partidos rechazan la financiación federal para las campañas después del escándalo de Watergate, y los consiguientes límites de gastos. Y la proliferación de los llamados Supercomités de Acción Política aporta millones y millones de dólares a las arcas de ambas partes, mayormente para publicidad.
Por eso el público se verá bombardeado por avisos, especialmente en los estados donde se anticipan elecciones más reñidas.
Obama y Romney vienen de una semana de intensa recaudación.
Sin oposición en las primarias demócratas, Obama tuvo gran ventaja al principio.
Pero Romney, que casi seguramente sobrepasará el martes los 1,144 delegados que necesita para oficializar su candidatura en las primarias de Texas, se acerca gracias a la generosidad de grandes donantes conservadores.
Hasta abril, Obama y los grupos demócratas que lo apoyan habían recaudado casi 450 millones de dólares y tienen más de 150 millones en el banco. Romney y los republicanos que lo respaldan han recaudado más de 400 millones de dólares en el mismo tramo y disponen de unos 80 millones.
Ambos candidatos buscan redondear unos 800 millones, que elevaría los gastos en las dos campañas sumadas a unos 1,600 millones de dólares. A esa suma se podrían agregar otros centenares de millones de gastos de Supercomités y las respectivas convenciones.
Obama rechazó la financiación pública en el 2008 y recaudó 750 millones de dólares. Sus gastos superaron los de su rival, el senador John McCain, limitado a los 84 millones que recibió de los contribuyentes. En esas elecciones no existían los Supercomités.
Ya se sabe qué ocurrió en esa elección. A Romney no le gustaría que se repitiera.
Ayer Romney se tomó un largo fin de semana de descanso en California, mientras Obama planeaba varios eventos conmemorativos para el Día de los Caídos.