Croacia amenaza en el Grupo C

Equipo de Bilic vence a Irlanda y deja abajo a Italia y España

Mario Mandzukic, 'enterrado' por sus compañeros, festeja con el puño en alto después de anotar ayer el 3-1 y su segundo gol sobre Irlanda. Croacia se inyectó optimismo para su partido del jueves contra  Italia.

Mario Mandzukic, 'enterrado' por sus compañeros, festeja con el puño en alto después de anotar ayer el 3-1 y su segundo gol sobre Irlanda. Croacia se inyectó optimismo para su partido del jueves contra Italia. Crédito: AP

POZNAN, Polonia (EFE).- Croacia, con dos goles de Mandzukic y uno de Jelevic, superó ayer a Irlanda por 3-1 con excelentes momentos de juego y lidera el Grupo C de la Eurocopa, con dos puntos más que España e Italia, que antes empataron 1-1.

Al final del partido, Slaven Bilic, técnico de los croatas, reconoció la condición de favoritos de España e Italia, pero advirtió de las opciones de su propio equipo.

“España e Italia son los favoritos de nuestro grupo, pero sigo pensando que somos capaces de derrotar a uno de ellos”, aseguró Bilic, optimista ante el futuro de su escuadra.

Durante el partido, ambos equipos exhibieron antagónicos estilos. La técnica y la clase croata superó con holgura el físico e ímpetu irlandeses.

Los balcánicos firmaron soberbias fases de juego y llegaron a recordar a la mítica selección de Suker, Boban y Prosinescki de los años 90.

Croacia fue franca con su propuesta. Un 4-4-2 que privilegia la posesión y el buen trato del balón. Los cuatro medios croatas y sus dos delanteros impusieron su calidad técnica sobre los esforzados irlandeses.

Los interiores Perisic, del Borussia Dortmund, y Rakitic, del Sevilla, se asociaron con el mago del combinado balcánico, la estrella del Tottenham inglés, Luka Modric.

De sus exquisitos pies nacieron la mayoría de los ataques croatas. Y el primero acabó en gol. El lateral derecho Snra centró, el balón rebotó en la defensa rival y Mandzukic, delantero del Wolfsburgo alemán, cabeceó desde el punto penal para el 1-0 al minuto 3.

Tras el tempranero gol de Croacia, la Irlanda del italiano Giovanni Trapattoni no se rindió. Sin argumentos técnicos, “los chicos de verde” se apoyaron en el aliento de su afición, la mayoría en Poznan, para empujar poco a poco a sus rivales.

El empate irlandés vino de una forma natural y esperada: en el cobro de una falta.

La defensa croata no midió bien y el central St.Ledger remató de cabeza para equilibrar la contienda al 19′.

La igualada se reveló ficticia con el paso de los minutos. Trapattoni y sus chicos no tenían suficiente “catennaccio” para contener a los croatas, que en algunas fases dieron un auténtico recital de paredes y desmarques precisos.

Así, al filo del descanso, un grueso error del defensa Ward, que dio literalmente el balón al punta del Everton, Jelavic, cuando estaba en fuera de juego, propició la merecida ventaja croata al 43′.

En el segundo tiempo los jugadores de Bilic anotaron de nuevo por medio de Mandzukic, quien culminó con un certero cabezazo una elaborada jugada de su equipo al 49′.

Al final el atacante reconoció que pudo haber sido el mejor partido de su vida y agradeció a su entrenador por darle la oportunidad de jugar y también a sus compañeros.

“Aún no me lo puedo creer. Sabíamos que iba a ser un partido difícil, pero el equipo respondió excelente y conseguimos una gran victoria”, dijo.

Ya con el botín del 1-3, Croacia se replegó y cedió el dominio del partido a Irlanda que, incapaz de tejer nada, se dedicó a atacar con el corazón.

Sin una clara ocasión irlandesa -apenas se reclamó un penalti sobre Robbie Keane-, Trapattoni agotó sus cartuchos ofensivos a 20 minutos del epílogo.

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