Vía crucis de una familia por desalojo

La barrera del idioma y el caer en manos de gente inescrupulosa fue lo que los puso en tan penosa situación

Nueva Jersey es uno de los estados con mayor desalojo en el país.

Nueva Jersey es uno de los estados con mayor desalojo en el país. Crédito: Cristina Loboguerrero / EDLP

Nueva Jersey.- Pese a una dura batalla por salvar su casa, los cinco miembros de una familia mexicana residente en Somerset, fueron desalojados ayer en horas de la mañana por agentes del alguacil del condado.

Sobre las 6 de la mañana, un gigantesco camión se estacionó al frente del 24 de la calle Lawrence, escoltados por más de 10 uniformados, uno de los cuales portaba la orden para proceder al desalojo de la familia Solís.

El procedimiento no era una sorpresa para los esposos Eliseo y Sandra, sin embargo tenían la esperanza, que con la ayuda legal provista por organizaciones locales, pudieran salvar lo que por los últimos cuatro años fue su hogar.

“La barrera del idioma y el caer en manos de gente inescrupulosa fue lo que los puso en tan penosa situación”, dijo Erika Nava, de la organización Lazos America Unida.

Los esposos Solís, le pagaron a un contador local la suma de $3 mil bajo la promesa que les ayudaría a obtener una modificación en su hipoteca, a fin de reducir las cuotas mensuales. Procedimiento que nunca fue sometido.

El desalojo, paradójicamente, fue procesado por la Autoridad de Vivienda y Financiamiento de Hipotecas de Nueva Jersey, (NJHMFA) agencia encargada de ayuda a los propietarios a no perder sus viviendas. Según se conoció dicha entidad pedía a los Solís la suma de $50 mil en efectivo a fin de considerar una refinanciación.

Las pertenencias de los Solís fueron trasladadas a una bodega donde las podrán tener durante un mes, mientras que la familia se hospeda en la casa de unos familiares.

De acuerdo a Nava, el procedimiento de desalojo estaba pautado para las 9:30 am, pero de forma sorpresiva lo hicieron a las 6 am. “Los uniformados no se portaron amables y tenían una actitud burlona” según dijo Nava fue la queja de la familia Solís.

La vivienda fue adquirida en 2008 por $220 mil, sin embargo el precio actual en el mercado es de $135 mil. La familia intentó vender la casa en lo que se llama una “venta corta” pero la oferta más alta que recibieron fue de $105 mil.

Roger Suárez, de la Red de Acción para Desempleados en Crisis, una organización local, reiteró que las familias latinas son las más vulnerables “de perder sus propiedades”, por muchos factores, por lo que recomendó que se debe acudir a entidades idóneas en el campo.

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