harán un millón de llamadas al Congreso
Durante febrero y marzo organizaciones proinmigrantes planean hacer un millón de llamadas al Congreso de Estados Unidos para insistir en la necesidad de una reforma migratoria que conlleve a la legalización de los 11 millones de indocumentados que se estima hay en el país.
Para abril, la movilización a nivel nacional contempla una visita a Washington, D.C. el segundo miércoles de ese mes y rematar con la marchas masivas en diferentes ciudades el 1 de mayo.
Esa es parte de la estrategia que están planteando grupos pro inmigrantes de Los Ángeles junto con sindicatos locales y nacionales, organizaciones comunitarias, empresarios, funcionarios públicos, líderes religiosos y activistas sociales, una campaña a la que han llamado “Ready for citizenship. Nosotros también”.
Para hacer del 2013 el año de la reforma migratoria, esta coalición de grupos lanzó ayer un llamado a toda la comunidad inmigrante para involucrarse en la lucha.
“La comunidad inmigrante, sus familias y la gente de conciencia puede lograr que este año finalmente se logre la reforma migratoria”, dijo Angélica Salas, directora de CHIRLA, durante una conferencia de prensa realizada en las escalinatas del City Hall.”Y lo que tenemos que hacer es involucrarnos y ser parte de esta lucha, tenemos que asegurar que cada uno de nosotros llame a nuestro representante del Congreso, ese va a ser nuestro trabajo, insistir que esos congresistas nos escuchen”, recalcó.
El llamado que se hizo ayer unió a la gran mayoría de las organizaciones proinmigrantes de Los Ángeles.
Maria Elena Durazo, dirigente sindical de la AFL-CIO, dijo que ya es tiempo de un camino a la ciudadanía porque todos los días las familias indocumentadas están sufriendo.
“Queremos reconocimiento y respeto, porque se trata de la gente que trabaja en nuestra comunidad”, mencionó.
La legalización de los millones de indocumentados, expusieron los activistas, es buena para la economía del país porque la seguridad migratoria generaría que más gente podría invertir en bienes raíces y habría trabajos mejor pagados.
Christian Torres es un joven que trabajó por seis años en la cocina del Colegio de Pomona, pero fue despedido junto con otros 17 empleados cuando decidió organizarse en un sindicado con el pretexto de que el gobierno federal les exigía la revisión de documentos migratorios.
“Las compañías usan las leyes de inmigración para deshacerse de nosotros, pero no porque seamos indocumentados vamos a aguantar que nos pisoteen”, comentó.
El argumento de que los indocumentados les roban el empleó a los estadounidenses, dijo Torres, es una falsedad.
Para sumar legisladores a la lucha y convencerlos de la urgencia de una reforma migratoria, explicó la directora de CHIRLA, hay que empezar por California, donde se tienen 55 representantes en el Congreso, ya que para aprobar una nueva ley que ofrezca un camino a la ciudadanía se deben asegurar 218 votos.
La congresista Judy Chu estuvo presente en la conferencia de prensa para asegurarle a los inmigrantes que cuentan con ella para la lucha por la reforma migratoria.
Asítambién lo hizo Laphonza Butler, dirigente del SEIU, quien en representanción de los más de 700 mil empleados que agrupan dijo que están unidos para pedirle a los congresistas, republicanos y demócratas, que apoyen la reforma migratoria en beneficio de la nación.
“Demasiadas familias han sido separadas, demasiados niños se han quedado sin sus padres, demasiadas lágrimas y demasiados sueños rotos, todo debido a un sistema quebrandado de inmigración que está en contra de la clase trabajadora”, dijo Butler.