Auge en venta de armas en el país

Hay temor a que pronto se lleve a cabo el control de armamentos

El  propietario de una armería sostiene un rifle semiautomático de asalto MP15, en su negocio en Tucker, Georgia.

El propietario de una armería sostiene un rifle semiautomático de asalto MP15, en su negocio en Tucker, Georgia. Crédito: EFE

WASHINGTON, D.C.— La lucrativa industria de las armas en Estados Unidos, objeto de un escrutinio sin precedentes tras la reciente masacre de niños en Connecticut, obtuvo ventas récord por casi 12 mil millones de dólares en 2012.

Las mayores empresas en la industria incluyen Alliant Techsystems, Colt, Freedom Group y Smith & Wesson, basadas en Estados Unidos, que compiten a nivel mundial con Beretta en Italia, FN Hersta en Bélgica, Glock en Austria, Heckler & Koch en Alemania y Taurus en Brasil.

En lo que va del año, la manufactura de armas de fuego reporta ventas por 11 mil 700 millones de dólares con ganancias por 992 millones de dólares, según la firma de investigación en mercadotecnia IBIS-World.

Otros estimados más conservadores indican que al término de 2012 las ventas totales de armas alcanzaría los 3.5 mil millones de dólares, mientras que en 2008 reportaban 2.5 mil millones de dólares.

Según First Research, la producción de armas se ha duplicado en la última década y el año pasado alcanzó 6.0 millones de unidades.

Precisó que la mitad de la producción corresponde a armas pequeñas, mientras la manufactura de rifles representa más del 35 por ciento.

Ante la expectativa de que el Congreso apruebe más restricciones, los estadunidenses se volcaron a las tiendas de armamento en busca de rifles semiautomáticos AR15 o calibre .223, similar al que se usó en la matanza de 20 niños y siete adultos (incluyendo al tirador que se suicidó), en los días posteriores a los hechos en Connecticut.

El aumento en la demanda de los rifles de asalto semiautomáticos se reflejó de inmediato en una alza en los precios que alcanzan los mil dólares en promedio.

Se estima que el consumo de armas en Estados Unidos aumentó, pese a la crisis económica, con la llegada a la Casa Blanca del presidente Barack Obama en previsión de una imposición de medidas restrictivas para el acceso a ellas, tema tradicional de la agenda demócrata.

El año pasado el FBI realizó la cifra récord de 16 millones 450 mil verificaciones de antecedentes penales, requisito legal para autorizar la compra de armas en tiendas establecidas.

En tanto, en 2012 el FBI ha realizado 16 millones 800 mil chequeos.

El 14 de diciembre, un rifle Bushmaster semiautomático calibre .223 producido por la compañía Freedom Group, fue utilizado por Adam Lanza para realizar la masacre en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut.

La firma de inversiones Cerberus, que tiene intereses financieros en Freedom Group, anunció la venta de sus acciones, cediendo a presiones del sistema de retiro de los maestros de California, uno de sus principales inversores.

Según el reporte anual de Cerberus, Freedom Group es la compañía fabricante de armas semiautomáticas estilo militar -a los que se refiere como “rifles deportivos modernos”- más grande en Estados Unidos.

“Es aparente que la tragedia de Sandy Hook fue un evento parteaguas que ha elevado el debate nacional sobre el control de armas a un nivel sin precedentes”, indicó Cerberus al anunciar su decisión.

Una sacudida para la industria se produjo con la caída del valor de las acciones de las principales productoras de armas en los días posteriores al atentado.

Tal fue el caso de Smith & Wesson cuyas títulos perdieron 10 % de su valor, mientras que las de Sturm Ruger and Co. cotizaron a la baja casi 8.0 por ciento en Wall Street.

Los congresistas demócratas, en particular aquellos cuyas campañas han sido impulsadas por la Asociación Nacional del Rifle, el principal cabildero en pro del acceso abierto a todo tipo de armas, han cerrado filas para promover medidas destinadas a reducir la violencia.

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