Chávez cumple dos meses ausente

Los venezolanos llevan 60 días sin escuchar la voz de su presidente desde Cuba

El presidente Hugo Chávez, tenía acostumbrados a los venezolanos con largos discursos por radio y televisión y ahora lleva 60 días sin aparecer en público ya que se encuentra hospitalizado en La Habana.

El presidente Hugo Chávez, tenía acostumbrados a los venezolanos con largos discursos por radio y televisión y ahora lleva 60 días sin aparecer en público ya que se encuentra hospitalizado en La Habana. Crédito: <copyrite>edlp</copyrite><person>archivo< / person>

CARACAS — Sin escucharle la menor frase o verlo siquiera en fotografías, los venezolanos suman ya dos meses sin certeza sobre la condición de salud del presidente Hugo Chávez, cuya batalla contra el cáncer que libra en Cuba está sumida en el misterio y las conjeturas.

El canciller Elías Jaua dijo el sábado que Chávez se está recuperando lentamente y que el mandatario está convencido “de que esta batalla también la va a ganar”. Como todas las declaraciones oficiales recientes, ésta es pródiga en optimismo y escasa en información concreta.

Algunos analistas consideran que ya comenzó la transición hacia un gobierno sin Chávez y el país se enrumba a una nueva elección presidencial.

“En Venezuela ya comenzó la transición y comenzó además la campaña electoral”, dijo a Tulio Hernández, sociólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela.

“Desde hace un mes se han hecho numerosos actos de masas que son actos absolutamente de campaña, pero también comenzó la transición en la cabeza de la gente, (incluso) a veces hay equívocos entre los voceros del gobierno que empiezan hablar de Chávez en tiempo pasado”, acotó.

Los escenarios políticos, económicos y sociales de Venezuela, en tanto, son de completa incertidumbre a la espera de que llegue a su fin la ausencia de Chávez o se despeje la incógnita sobre su continuidad en el poder.

En caso de muerte o incapacidad del presidente, la Constitución ordena convocar a elecciones en 30 días.

Los seguidores de Chávez, como sus adversarios, por igual son presa de conjeturas en torno a las razones que mantienen al mandatario alejado de la mirada pública desde el 11 de diciembre pasado.

Muchos, incluso a regañadientes admiten que sienten su falta, algo que no es de extrañar, independientemente de su simpatía o no hacia el mandatario.

“Aunque quisiéramos o no, era inevitable escucharlo, verlo, hablar de él; se nos metió en la casa, también fue motivo de una que otra discusión familiar”, dijo Emilia Torres, una estudiante de idiomas de 23 años, que simpatiza con la oposición “No nos dicen la verdad sobre su enfermedad”.

Chávez, de 58 años, viajó a La Habana desde 10 de diciembre para someterse un día después a una compleja operación, la cuarta en año y medio, por la reincidencia de un tipo no revelado de cáncer pélvico. El mandatario no ha sido visto ni oído, tampoco ha aparecido en público ni en fotografías, como lo hizo en ocasiones pasadas cuando se trasladó a La Habana a operarse.

“Estamos en una encrucijada evidente. Lo que se manifiesta hasta ahora en estos primeros 60 días ha sido una dificultad que ha tenido el circulo predominante del chavismo que le ha costado mucho articular un liderazgo que pueda ir sustituyendo al del presidente en esta difícil transición”, dijo en una entrevista telefónica Oscar Vallés, analista político y profesor de la Universidad metropolitana de Caracas.

“A mí en particular y muchos otros con los que compartimos la academia y los estudios políticos, nos ha sorprendido mucho está debilidad o este déficit en el vicepresidente Nicolás Maduro, al que habíamos considerado que tenía al menos la experiencia para poder manejarse con un status político mucho más inteligente”, agregó.

Antes de su operación, Chávez reconoció que enfrentaba riesgos en la operación y designó a Maduro como su posible sucesor, exhortando a sus partidarios a que votasen por el vicepresidente en el caso de que una nueva elección presidencial fuese necesaria.

Su prolongada ausencia, adicionalmente distrae la discusión de otros problemas, como la inseguridad, la inflación —que es la más alta del continente— y las dificultades que enfrentan a diario los venezolanos para sortear la escasez de alimentos, entre otros bienes y servicios de primera necesidad.

“Chávez tenía la virtud de radicalizar el conflicto hasta donde él era capaz de detenerlo y lo lograba detener”, dijo el profesor Vallés. Un discurso de Chávez “podía lograr que cualquier pretensión de exaltación violenta y masiva por parte de sus seguidores pudiese meterla rápidamente en el congelador. Esta virtud no la veo en su camarilla sucesoral”.

Chávez se encuentra en Cuba y no ha sido visto en público desdehace dos meses.

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