Difícil reto para Carrión

Lo bueno de la aspiración de Adolfo Carrión a la Alcaldía de Nueva York es que, una vez formalice su candidatura, el hijo de puertorriqueños será el único latino en la contienda.

Cuando digo el único, entienda que me refiero a los tres escaños —la poltrona, el contralor y el defensor público— en que uno de los nuestros esté postulando.

Sin embargo, los problemas del atrevido expresidente de El Bronx son casi insuperables. Su botín de guerra apenas alcanza un millón de dólares. Su candidatura hasta ahora sólo cuenta con la línea del Partido Independiente —se anticipa que hoy recibirá el respaldo de la controversial colectividad. A pesar de andar de rodillas suplicándole al Partido Republicano que lo incluya en su línea en las primarias, ha sido ignorado y —a mi entender— humillado. El listado es extenso.

Aunque sabemos que el Partido Demócrata nos ha tratado como bastardos y que hemos sido como perritos falderos del ingrato mal llamado partido de inclusión, el hecho es que aquí la mayoría vota por sus candidatos.

Carrión ha sido valiente al ser firme en su denuncia de la falsedad del partido en que él militaba. Sin embargo, el hecho es que como independiente o republicano, son pocos los que le seguirán.

Carrión no ha buscado apoyo entre grupos comunales, activistas o jóvenes latinos y, por ende, la base que pudiese tener no está ahí.

Algunos de los pronunciamientos acerca de temas de interés general ya se encaminan hacia el centro del espectro político.

Añada el desánimo y frustración que estimulan en nosotros los actuales políticos nuestros. Y no vemos mucho entusiasmo por Adolfo Carrión. O sea que tiene menos posibilidades de que pueda hacer lo que no logró Fernando Ferrer en el 2005 como demócrata.

Bajofuego@eldiariony.com

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