‘Jack the Giant Slayer’ es una aventura inofensiva (Video)
Crítica de cine: Bryan Singer, director de 'X-Men', se adentra en el mundo de los cuentos con 'Jack the Giant Slayer'.
Las aventuras de Jack, el cazador de gigantes y sus habichuelas mágicas ha sido contado en infinidad de ocasiones, no solo en su formato tradicional literario, sino también en cine y televisión.
Ahora, el director de X-Men y Valkyrie, Bryan Singer, ofrece una nueva aproximación a su leyenda con esta producción de casi 200 millones de dólares donde sí, el dinero se nota por todas partes, pero donde el entusiasmo creativo queda algo mermado por un guión al que le falta algo más de ánimo épico.
Jack (Nicholas Hoult) es un joven que, de repente, se encuentra en posesión de unas habichuelas mágicas que, mojadas, crean un puente con un mundo en los cielos poblado de gigantes amenazadores.
El problema es que éstos no son precisamente pacíficos y tan pronto como encuentran la posibilidad de invadir la Tierra, la aprovechan, desatando el caos y la destrucción.
Singer cuenta la historia sin demasiados ornamentos: un plano aquí (como ese reflejo en el agua de los gigantes descendiendo) y una secuencia allá (el súbito desarrollo de una habichuela perdida en un árbol gigante que arrastra a la princesa Isabelle, encarnada por Eleanor Tomlinson) incrementan la efectividad y el efectismo de este gran espectáculo, sin lugar a dudas.
También merece un aplauso el tono ligero del conjunto, que lo emparenta con las películas de aventuras de los años 80, a pesar de que su guión en ocasiones presente toques infantiles (y ridículos, todo sea dicho de paso) en su diálogo, que afecta las actuaciones de algunos miembros del reparto, como un poco creíble Ewan McGregor (Star Wars), en el papel del soldado más de confianza del rey (a quien da vida un convincente Ian McShane).
Jack the Giant Slayer es, de este modo, un entretenimiento asegurado para toda la familia que, no obstante, se ve perjudicado por un excesivo empleo de los efectos visuales generados por computadora: ¿de verdad hace falta que todos los paisajes, cada plano de agua y en toda ocasión que hay fuego quede evidente que son falsos, fruto de la magia digital? ¿Es que ya nadie puede aprovechar las vistas y los elementos que nos da la naturaleza?
Esa falsedad es lo que elimina la posibilidad de que Jack the Giant Slayer, clasificada PG-13, siga el camino de cintas como Lady Hawke (1985) o The Princess Bride (1987): le falta corazón. Le falta esa realidad que surge de la fantasía más emotiva… y emocionante.