Un dragón chino ‘amenaza’ a México

Dragon Mart pretende arrancar a finales de marzo su cimentación en 567 hectáreas con una millonaria inversión.

Dragon Mart pretende arrancar a finales de marzo su cimentación en 567 hectáreas con una millonaria inversión. Crédito: ap

MÉXICO, D.F. — La pesadilla de quedar emparedados entre dos monstruos de la economía mundial –Estados Unidos y China- unificó a grupos antagónicos de mexicanos contra el proyecto que pretende ser el principal centro de negocios del gigante asiático en América Latina en el estratégico balneario de Cancún, joya del turismo del país.

El proyecto Dragon Mart pretende arrancar a finales de marzo su cimentación en 567 hectáreas pretende arrancar a finales de marzo su cimentación en 567 hectáreas para bodegas, casas y locales comerciales que almacenarían insumos y productos de manufactura de 4,500 empresas chinas y un número impreciso de mexicanas.

El predio se encuentra en medio de una selva talada especialmente para la edificación, a pesar de la oposición de diputados de izquierda, empresarios de la industria de la transformación, ecologistas y pobladores.

La alcaldía entregó a la empresa constructora los permisos de uso de suelo, factibilidad y criterios ecológicos en seguimiento a la autorización que dio días antes de dejar el cargo el gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto (en 2011), pero aún titubea para dar la autorización de construcción que sería el sí definitivo.

Juan Carlos López, director de la Estate Dragon Mart Cancún, la constructora, calificó a los oponentes como un grupo de “calumniosos” proteccionistas.

“Tienen intereses creados alrededor de una economía poco competitiva: se oponen a una inversión que, por definición, infundirá mayor competitividad en varios sectores”.

Durante décadas, México mantuvo políticas proteccionistas a la producción nacional hasta que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari dio un giro histórico con la negociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) en 1994, al que le siguieron 12 tratados más que abarcan 44 países .

El gobierno mexicano define estos acuerdos como una “puerta de acceso” a un mercado potencial de más de mil millones de consumidores y 60% del PIB mundial, pero ha tenido especial cautela con China.

Hasta diciembre de 2011 protegió la industria del calzado, vestido y juguetes, entre otros productos, con pesados aranceles que los asiáticos lograron liberar en un largo litigio comercial. Dragón Mart se anunció poco después.

Fue la punta del iceberg de una vieja pelea entre las expansionistas empresas chinas (liderados por el Ministerio de Comercio) y una emergente industria mexicana que acusa a su contraparte de prácticas desleales como subsidios, violación a los derechos de los trabajadores y daños al medio ambiente.

“No cabe duda que México requiere de inversiones, pero no aquellas de tan reconocidas tendencias que, en lugar de aportar extinguen industrias, restan competitividad a nuestro país y desplazan la mano de obra nacional”, declaró a principios de enero el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Juan Manuel Chaparro.

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