Sellando la Frontera

Un tema polémico, que pronto se va a debatir en el Congreso, es lo que llaman “sellar la frontera”. Es un asunto difícil.

En los últimos años muchos de nosotros aquí en México hemos enfocado nuestra atencion en los viajes espantosos hechos por personas provenientes de Honduras, el Salvador y Guatemala cuando cruzan la frontera a México. Últimamente platiqué con una persona que me explicó como es el viaje de gente que montan encima de los trenes.

Cada vez que el trense detiene, pandilleros delincuentes acosan a todos los que están viajando. Estos, le exprimen acerca de $100 por persona. Una mujer que cargaba su bebé no pudo pagar y los delincuentes le quitaron el chico de sus brazos y arrojaron la mujer del tren.

Hemos llevado a cabo una lucha fuerte para presionar al gobierno mexicano para que ofresca protección para los migrantes y los traten con respeto. Los asuntos relacionados con la migración toman mucho tiempo para resolver, pero hemos logrado un progreso paulatino.

Muchos de los migrantes que se arriesgan en estos viajes lo hacen con motivo de unirse con sus familias en los Estados Unidos. Muchos otros salen escapando la violencia que se ha exportado de los Estados Unidos por medio del narcotráfico.

Todos estamos enterados de los muchos migrantes que mueren en el proceso de cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos, y los cadáveres que quedan en el desierto. Pero también hemos visto como la taza de chantajes, de asesinatos y de violaciones sexuales va en aumento en esta frontera también.

Como mexicana me ofende la militarización de la frontera. Pero reconozco que el aumento de violencia está transformando la situación. No habrá ninguna medida en la nueva legislación adecuada para parar la migración. No importa que tan elevada la cerca sea, alguien hará una escalera más grande para poder cruzar. Pero esto no soluciona el problema.

Antes de todo, las familias separadas deben tener una manera legal de unirse de nuevo. Si la nueva ley dispone de formas legales de unir a las familias separadas, incluyendo personas que han sido deportadas, esto reducirá proporcionalmente el problema en la frontera. De hecho esto puede ser la mejor manera de “asegurar las fronteras”.

En segundo lugar conviene hallar una manera internacional de bregar con la violencia que obliga a tantas personas de abandonar a sus familias y países de origen. En el centro de la violencia están el narcotráfico y el contrabando de armas. El mercado principal de las narcóticas se ubica en los Estados Unidos. Y por su parte, las armas de fuego, en su mayoría, vienen de los Estados Unidos.

Si el Congreso seriamente desea bhacer frente a la seguridad en la frontera, a fuerzas debe solucionar con el mercado de drogas ilícitas, y la sobreproducción y distribución ilegal de armas de fuego.

Un punto final: Ahora tenemos que organizarnos para proteger a aquellos migrantes que logran cruzar. Hay que darles protección y tratarlos con respeto. No son delincuentes. Son seres humanos atrapados en una situación que ellos no causaron.

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