Un legado indecoroso

No hay que esperar el juicio de la historia para saber que la presidencia de George W. Bush fue pésima

Política

Esta semana se inaugura la Biblioteca y Museo Presidencial George W. Bush en la Southern Methodist University. Desde un punto de vista educativo, una biblioteca es siempre bienvenida, pero ponerle el nombre de una persona que nunca brilló, es una trasgresión a la racionalidad humana.

Recientemente un periódico nacional publicó un artículo de Stephen F. Knott, profesor del U.S. Naval War College, en donde comenta: “George W. Bush es víctima de calificaciones [negativas] demasiado adelantadas”.

De acuerdo a Knott, no solo la opinión pública y los medios de comunicación han promovido una especie de desacreditación en contra de Bush, sino que también hay personas profesionales, particularmente historiadores de renombre de las mejores universidades del país, que han emitido escritos y opiniones infundadas. Según Knott, estos historiadores nunca consultaron documentos clasificados que todavía no han sido puestos a la luz pública.

Al final, Knott expresa: “La baja percepción de Bush, refleja el inicio de historiadores tendenciosos”

Aun si destapáramos todos los documentos clasificados y encontráramos algo positivo con relación al gobierno de Bush, hay un recuento real sobre su administración. Simplemente es muy difícil, tal vez imposible, no tener conclusiones por adelantado.

George W. Bush fue el presidente que inició una guerra contra Irak con razones inventadas e infundadas. Puso mucha presión sobre el Secretario de Estado Colin Powell para que éste, personalmente, convenciera a la ONU de que era indispensable una invasión a IraK. Aparentemente había pruebas “contundentes” de que tenía armas de destrucción masiva. Tales armas nunca existieron.

Después del ataque y una vez de haber depuesto a Sadam Husein de su poder, Bush preparó una conferencia de prensa frente a un barco de la naval para ostentar su trabajo. Ordenó que se suspendiera un letrero grande que decía: “Misión cumplida”.

Fue una de las grandes vergüenzas militares de los Estados Unidos. Después de esa conferencia de prensa, el problema bélico en Iraq se recrudeció y se convirtió en una pesadilla para los norteamericanos. Muchos murieron.

En el plano doméstico,él respondió de una manera negligente ante la devastación del huracán Katrina en las costas de New Orleáns en 2005. Nunca supo la gravedad del fenómeno natural. En vez de responsabilizar a funcionarios ineptos por la falta de respaldo logístico, evacuación y otras necesidades urgentes, Bush los felicitó.

En pleno momento del ataque terrorista de Septiembre 11, Bush se encontraba con unos niños atendiendo una invitación. A pesar de que fue informado varias veces en torno a la tragedia de New York, Bush permaneció inerte. Los niños siempre van a ser importantes en nuestras vidas, pero el país necesitaba, en ese preciso instante, el liderazgo del presidente.

La historia de George W. Bush ya está escrita. No hay necesidad de rebuscar documentos para cambiarla. Fue uno de los peores en Estados Unidos.

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