Activistas ven con optimismo el debate de reforma migratoria

Los activistas a favor de la reforma migratoria cantaron victoria ayer cuando el Senado demostró que hay voluntad política para considerar el tema

ANÁLISIS

Los activistas a favor de la reforma migratoria cantaron victoria ayer cuando una supermayoría del Senado emitió un voto histórico demostrando que hay voluntad política para considerar el tema seriamente en la Cámara Alta del Congreso.

Con dos votaciones, más técnicas que significativas — 82 a 15 y 84 a 15 en una cámara que cuenta con 100 miembros, se abrió el debate.

Las dos senadoras de California, Dianne Feinstein y Barbara Boxer, votaron a favor, pero 15 de sus colegas republicanos, entre ellos un descendiente de padre cubano inmigrante, Ted Cruz (R-Texas), votaron en contra. Cruz se ha convertido en uno de los principales opositores de la medida y durante un breve discurso ayer aseguró que “nunca se aprobará, y si se aprueba, empeorará las cosas”.

No obstante, el voto de ayer y el inicio de este debate fue visto con optimismo por grupos activistas y observadores.

Hace pocos meses, antes de las elecciones presidenciales de noviembre, cuando se hablaba de la “auto-deportación” de los indocumentados, pocos hubieran podido imaginar que siete meses después el Congreso de EEUU tendría frente a sí un proyecto de ley que reformaría a fondo el sistema migratorio y legalizaría, potentialmente, a muchos millones de indocumentados.

“Creo que es una buena señal y que el grupo de los ocho ha manejado bien el proyecto de ley hasta ahora”, dijo Stephen Yale Loehr, profesor de ley migratoria y experto en el tema de Cornell University. “Está claro que el senado se está tomando con seriedad el tema de la reforma, pero ahora hay que ver cómo manejarán el tema de las enmiendas que van a comenzar a llegar”.

Enseguida hubo quien vió en este apoyo masivo a la discusión como una señal de que las cosas irán mejor que la última vez que el Senado consideró un proyecto de reforma en 2007.

En ese entonces, el voto de procedimiento inicial fue afirmativo, pero por un margen mucho menor: 64 a 35. El número 60 es el “número mágico”, para aprobar una medida y evitar la amenaza de un filibusteo (obstrucción).

No todos los que votaron “sí” están dispuestos a apoyar el proyecto, entre ellos los senadores John Cornyn, de Texas, y el líder de la minoría, Mitch McConnell.

Cornyn está bajo la mira de grupos proinmigrantes y del liderazgo demócrata por haber anunciado recientemente que presentará una enmienda clave que para ellos es inaceptable. McConnell ha advertido que no votará en favor de la misma a menos que se refuerce aún más el tema fronterizo.

Los 15 senadores que votaron en contra, todos republicanos, son casi votos seguros en contra de la medida final. El liderazgo y el grupo bipartidista que escribió el proyecto aspiran a obtener más de 60 votos, se habla de 70, para dar un ejemplo sólido a la Cámara Baja, en la que se esperan más dificultades. El triunfo de ayer fue apenas el comienzo.

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