Los pilares estratégicos estadounidenses

La administración Obama parece haber encontrado en Siria uno de sus máximos retos en materia de política internacional. La guerra civil que afecta este país desde hace dos años se ha convertido en una problemática que, en términos de intereses económicos y políticos, no tiene congruencia con la política norteamericana.

A diferencia de Israel o Japón, Siria no juega un papel preponderante en las relaciones internaciones de Estado Unidos. En este sentido y de acuerdo a la propuesta realista estadounidense, existen pilares o intereses en el mundo que nunca deber pasar a manos del enemigo.

Durante la Guerra Fría, el enemigo estaba compuesto por la exUnión Soviética y sus satélites concentrados en la región este de Europa y algunos países, como Cuba y Corea del Norte, que encontraron en el comunismo una alternativa de gobierno diferente a los gobierno democráticos y capitalistas.

Hoy, el contrincante número uno está dispersado alrededor del mundo con el nombre de Al-Qaeda.

A pesar de que el enemigo es otro, los pilares norteamericanos no han sufrido un cambio real. Según los realistas, Japón es considerado como un balanceador de la región asiática, debido a que hace frente a la República Popular de China, Corea del Norte u otro país opositor de los intereses norteamericanos. Por eso los gobiernos de Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, le han prestado su apoyo, incluyendo militar, en situaciones de conflictos con sus vecinos.

En el Medio Oriente sucede lo propio. No es una casualidad que, desde su fundación como estado, los gobiernos norteamericanos han prestado ayuda militar, económica y política a Israel. Su caída, sería un duro golpe a la hegemonía norteamericana en esta región.

Israel no es un país rico, ni mucho menos propone a las empresas norteamericanas un mercado idóneo que les permitiera redituar jugosas ganancias. Por el contrario, Israel le produce a Estados Unidos más gastos que ganancias económicas.

Sin embargo, la inversión en Israel le da resultados económicos a corto y mediano plazo. Alrededor de los israelitas se encuentran los Emiratos Árabes, Qatar, Kuwait e Irak, quienes cuentan con los bancos de petróleo crudo más importantes del mundo.

Israel juega un papel importante en supervivencia de la hegemonía norteamericana, en tanto que se convierte en el guardián de las reservas del oro negro del Medio Oriente.

Así, en Siria no existe un interés económico específico. Por eso la guerra civil que agobia este país se está convirtiendo en una pesadilla para el gobierno de Obama.

Si se produce una intervención militar norteamericana, que es muy probable que suceda en los próximos meses, a través de una resolución de la OTAN, el gobierno de Obama se estaría involucrando en el conflicto por cuestiones humanitarias y no por razones económicas o políticas. Siria no es un pilar.

(Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move)

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