Violencia e irregularidades empañan comicios en México

Se cierran las urnas con disputas sobre triunfo electoral, denuncias y un muerto.

En los comicios del domingo estaban convocados cerca de 30 millones de mexicanos, la tercera parte del padrón electoral.

En los comicios del domingo estaban convocados cerca de 30 millones de mexicanos, la tercera parte del padrón electoral. Crédito: Notimex

México participó el domingo en unos comicios locales que se cerraron con denuncias de irregularidades y con dos partidos adjudicándose el triunfo en el puesto más importante que estaba en disputa, el Gobierno del estado de Baja California.

En ese estado del noroccidente del país los partidos habían concentrado sus mayores recursos en un pulso político que se prolonga por décadas y que tendrán que definir las autoridades electorales cuando anuncien los resultados del escrutinio.

En 1989, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sufrió en ese estado su primera derrota electoral importante, en un momento en el que acaparaba el mapa político del país, y su progresivo desgaste culminó con su salida de la Presidencia de México en el año 2000.

Hasta hoy, ese estado se había convertido en un feudo político del conservador Partido Acción Nacional (PAN), el grupo que tomó el relevo de la Presidencia de México en el 2000 y que estuvo en el poder hasta 2012, cuando cedió el mando al PRI.

Poco después de que cerraran los centros de votación en Baja California, el PRI y el PAN se declararon triunfadores en la contienda en ese estado, en ambos casos citando encuestas a pie de urna, a falta de resultados oficiales.

César Camacho, líder del PRI, y Gustavo Madero, del PAN, comparecieron ante los periodistas para atribuirse el triunfo en ese estado, después de que se cruzaran previamente acusaciones recíprocas sobre irregularidades en el proceso electoral vivido en la mitad del país.

Camacho recordó que en 1989 un presidente nacional de ese partido compareció ante los periodistas poco después del cierre de los centros de votación para admitir que las tendencias no favorecían al PRI.

“Hoy, 24 años después, a otro presidente nacional del PRI le ha tocado la oportunidad de decir que el pueblo, los ciudadanos bajacalifornianos, han optado por el PRI y sus aliados en cuanto a la gobernatura” de ese estado, agregó Camacho.

El PRI considera que Baja California tiene un “carácter emblemático” porque fue el inicio de una serie de derrotas electorales que terminaron con siete décadas de omnipresencia de ese partido en la vida política del país.

En algunas regiones ha podido ir recuperando los gobiernos estatales que había perdido, pero no en Baja California.

Camacho aseguró que el vencedor en Baja California es Fernando Castro Trenti, que representaba al PRI, al Partido Verde, al izquierdista Partido del Trabajo y a un grupo político local.

Según Camacho, las encuestas que, de acuerdo con sus datos, daban como favorito al PRI y a sus aliados, “se vieron consolidadas y ratificadas por los resultados de las encuestas de salida” de urna.

No tardó mucho Madero en atribuir una victoria parecida para el aspirante de ese partido a gobernador de Baja California, Francisco Vega de La Madrid, respaldado por otras tres fuerzas políticas, incluido el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Nuestro candidato ‘Kiko’ Vega será el próximo gobernador de Baja California”, dijo Madero, quien aseguró que Vega tiene cinco puntos porcentuales de diferencia sobre su inmediato seguidor, de acuerdo con sus encuestas a salida de urna.

La solución final quedará en manos de los institutos electorales de cada estado, a partir del escrutinio que comenzó esta misma noche y cuyos resultados, en niveles suficientes para adjudicar una victoria preliminar, se espera conocer mañana, lunes.

En los comicios del domingo estaban convocados cerca de 30 millones de mexicanos, la tercera parte del padrón electoral. Las urnas quedaron instaladas en 15 estados, donde, aparte del gobernador de Baja California, se designaron más de 400 diputados locales y más de 900 alcaldes.

Como es costumbre en la historia electoral de México, los líderes políticos se cruzaron acusaciones mutuas sobre irregularidades en el proceso, que tendrán que dilucidar las autoridades electorales ante la posibilidad de que se presenten recursos de impunidad.

Hubo sospechas de robo de urnas, denuncias sobre la presencia de propaganda electoral cerca de los centros de votación e impedimentos oficiales para impedir a los electores que ejercieran su derecho a voto.

La única víctima mortal confirmada en esta jornada fue un militante de PRI que pereció al ser tiroteada en el estado suroriental de Veracruz la casa de campaña del aspirante a alcalde de ese partido en el municipio de Coxquihui.

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