¿Por qué importa controlar la diabetes?

Cuando la sangre que corre por nuestro cuerpo está intoxicada, surgen padecimientos como insuficiencia renal, enfermedades cardiacas, ceguera, entre otros.

La diabetes intoxica la sangre.

La diabetes intoxica la sangre. Crédito: Fuente imagen: Esta imagen es una obra derivada de Reflection in Blood por Alden Chadwick, disponible bajo la licencia Licencia de Atribución en http://www.flickr.com/photos/aldenchadwick / 4294019174/

La diabetes afecta al elemento principal del sistema circulatorio: la sangre. Esto ocurre por la falta de acción de una hormona denominada insulina, que es la encargada de convertir en energía el azúcar (glucosa) ingerido mediante los alimentos que se consumen. Al no lograr esa transformación, la glucosa no pasa los tejidos y se concentra en la sangre, lo que aumenta los niveles normales.

La diabetes se puede contraer ya sea porque el cuerpo es incapaz de producir insulina o porque la que se produce no es suficiente para cumplir la función que tiene a su cargo. Cuando el páncreas no produce insulina y la persona debe aplicársela diariamente (insulinodependiente) se habla de diabetes tipo 1. En cambio, si el organismo produce insulina pero no la puede aprovechar, se habla de una “resistencia a la insulina”, es decir, se trata de diabetes tipo 2.

La importancia de tener la sangre limpia para la salud de nuestro organismo es fundamental. La excesiva presencia de glucosa en la sangre puede provocar ceguera por las graves lesiones que ocasiona en los vasos sanguíneos de la retina, insuficiencia renal y daños al sistema nervioso, e incluso, la diabetes es causante de enfermedades coronarias como la insuficiencia cardíaca y cardiomiopatía diabética, que pueden provocar un ataque al corazón.

Para evitar que los riegos de la diabetes se profundicen, la principal recomendación es cuidarse en las comidas; respetar un plan de alimentación con ciertas recomendaciones especiales. Mantener un peso saludable es indispensable si se quiere tener el organismo en equilibrio. Para ello, tendrás que realizar al menos 4 comidas al día, y en lo posible, colaciones, con el fin de disminuir los picos de glucemia postcomida. Esto, además favorecerá el control de tu peso.

Dentro de la dieta, deberás disminuir el consumo de hidratos de carbono de rápida absorción, como el azúcar, la miel, las bebidas gaseosas y todo tipo de dulces y mermeladas, y aumentar la ingesta de fibras, frutas y verduras, con el objeto de alcanzar la sensación de saciedad sin comer demasiado y ralentizar la absorción de los hidratos de carbono, lo que disminuirá el pico glucémico post alimentación.

La actividad física es también una gran aliada del cuidado y control de la diabetes. Se recomienda realizar regularmente, de 3 a 4 días a la semana, cualquier tipo de actividad aeróbica, como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta, durante un mínimo de 30 minutos por día. Al mover los músculos, el organismo utiliza la glucosa acumulada sin necesidad de que actúa la insulina.

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