Ser un buen policía en Nueva York

Muchas cosas han cambiado desde cuando fui un policía en Nueva York. En los años 70 un sargento Latino era una rareza. En esa época, hasta los policías “clandestinos” en El Barrio, el sur del Bronx y Harlem eran blancos.

El entender las calles no es fácil. Uno tiene que conocer la comunidad, leer las caras, fijarse en los movimientos, escuchar los refranes locales, interpretar las modas de expresión, y aplicar el sentido común. Unos niños jugando futbol en la acera solo necesitan un “muévanse, muchachos.” Una pandilla colocada en frente de un edificio durante la medianoche – noche tras noche – requiere algo diferente.

El requisito legal para arrestar una persona es “causa probable,” lo cual muchas veces es aparente: disparando una pistola en la calle, fugándose de la escena de un crimen, asaltando alguien en público, son acciones muy claras.

El requisito legal para detener una persona o “stop and frisk” como es conocido es sospecha razonable. Esto es más difícil que una causa probable, porque requiere una determinación mucha más sutil.

Una mirada, un gesto, una especie de sonrisa, todos pueden indicar algo importante para el policía veterano que entiende la comunidad de su patrulla. Esta experiencia también se adquiere observando el comportamiento humano: del rico y el pobre; del blanco, negro y latino.

Si un policía hace un mal movimiento, o si se mueve muy despacio, ese oficial o su compañero pueden perder la vida en un instante. Si el policía esposa alguien antes de tiempo, esa persona, aún culpable, puede ser declarado inocente.

Una cosa más. Si un policía latino comete un error en una vecindad latina, el policía sufre consecuencias personales. Pero si un policía blanco comete ese mismo error, en esa misma vecindad latina, las consecuencias afectan el departamento entero. Además, el policía extranjero es él probablemente comete esos errores, por falta de conocer las costumbres locales. Por eso es que deberían de haber más oficiales latinos en nuestras comunidades. Esto no es asunto de política correcta. Es un asunto de mejor servicio policial hacia nuestra diversa ciudad.

Ningún pueblo merece ser abandonado a los pillos. Un policía debe ser firme pero justa.

Los agentes que se dedican a asegurar una buna calidad de vida y tranquila para todo el pueblo que le rodea, siempre será un buen policía.

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