Una pasión por la música de los Andes

Veinte años de trajinar con el arte a cuestas para que todos conozcan la riqueza y la vitalidad de las danzas de Puno es todo una hazaña. Perú Andino ha estado a cargo de esta gesta por dos décadas y ha dejado su impronta en la ciudad de Nueva York y en otros lugares donde le han solicitado sus humildes servicios.

Y es que con humildad, el grupo de danzantes que dirige Peter Apaza ha conseguido difundir la magia de la música puneña a propios y extraños, es decir a peruanos y no peruanos, al punto que se han posesionado, por decirlo de alguna manera, en el complejo mercado cultural de esta metrópolis que se caracteriza precisamente por la diversidad cultural de sus ocho millones de habitantes.

No podemos soslayar que el principal objetivo de Perú Andino ha sido cumplido: el difundir las tradiciones culturales de una parte del Perú para la perpetuidad de las próximas generaciones de peruanos. De allí que uno de los trabajos más encomiables de este colectivo de artistas sea entablar relaciones con niños a quienes les inculcan el valor de la identidad puneña.

Apaza llegó a los Estados Unidos sin proponérselo. Por su dedicación y pasión por la música de su lugar natal obtuvo un premio en un concurso escolar de antaño donde se premiaba a quien fomentaba la cultura peruana. El viaje le cambió el destino puesto que sus estudios estaban orientados a la ingeniería agrícola, más para satisfacer a sus familiares.

Apaza indica que los festejos por el vigésimo aniversario de Perú Andino se iniciaron el año pasado con una serie de eventos donde el de este mes de julio del presente le resulta sensacional a un público cautivo puesto que disfrutan de la exhibición del espectácullo “Tengo el orgullo de ser peruano” en el que se pone a prueba al grupo por la variedad de danzas del centro, norte y sur del Perú que muestran en todo su explendor.