Ancianos con limitado acceso a trenes en Brooklyn
La falta de ascensor en la estación Smith y la calle 9 de las líneas F y G, en Red Hook, dificulta que las personas de la tercera edad se beneficien del sistema de transporte
NUEVA YORK — La estación Smith y la calle 9 de los trenes F y G en el barrio de Red Hook, en Brooklyn, es la más elevada de la ciudad. Pese a una reciente renovación a un costo de $32 millones, las autoridades de transporte no incluyeron un ascensor, lo que limita el acceso a personas mayores, discapacitados y padres con coches de bebé.
Esta es la queja que presentaron los residentes a la oficina del senador estatal Eric Adams. El legislador, junto a Ruth Averbach, de 87 años, demostró lo difícil que es para un anciano subir los tres sistemas de escaleras (dos eléctricas y una regular) para poder llegar a la cima del andén para arribar al tranvía, a 90 pies de altura.
“Yo soy operada de las rodillas y cuando mi doctor me dijo que podía viajar, vine de Israel a Nueva York a visitar a mi hija en Brooklyn y a ver algún espectáculo musical en Manhattan”, dijo Averbach, quien es sobreviviente del Holocausto. “Pero cuando intenté subir esta estación para tomar el tren, no pude y me sentí muy desencantada”, indicó la mujer.
Silvia Flores, de 67 y quien lleva 24 residiendo en la localidad, aseguró que muchas veces prefiere tomar el autobús hasta la siguiente estación en lugar de subir las escaleras.
“La ciudad mantuvo la estación cerrada por dos años y cuando la abrieron pensamos que, como está tan alta, iban a poner un ascensor para las personas mayores y minusválidos, pero sólo le hicieron un maquillaje y no mejoraron el acceso”, explicó Flores. “Yo estoy retirada y la uso para ir al hospital y cuando las escaleras no funcionan es casi imposible subir hasta el andén”, añadió.
Adams calificó de “inaceptable” el que la estación, “siendo la más alta de la ciudad, no le incluyeran un ascensor, pese a que fue objeto de una masiva renovación“.
“Las renovaciones de estaciones no sólo se hacen para llevar pasajeros a su destino sino para llevar a la ciudad hacia el futuro, y ese futuro debe ser inclusivo para los ancianos, discapacitados e incluso para aquellos que cargan cochecitos de bebé y otros equipos”, planteó el senador. “En la Ciudad de Nueva York sólo una de cada cinco estaciones tiene acceso para minusválidos, y creo que podemos hacerlo mejor”.
El político le solicitó a la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) que designe autobuses de conexión en el terminal.
Además pidió que toda parada de trenes en la ciudad que sea sometida a un renovación masiva, “le instalen acceso para minusválidos, ancianos y personas con problemas de movilidad”.
Por su parte, Kevin Ortiz, portavoz del MTA, señaló que el arreglo al sistema impactó casi 100 estaciones para que sea accesible a usuarios. “Hay que tener en cuenta que la estación es de diseño único, y sería casi imposible hacer Smith-9 St accesible. Sería un costo prohibitivo”.
La denuncia de la falta de acceso para ancianos se produce en momentos en que el Center for an Urban Future reveló un nuevo informe que muestra cómo la población inmigrante de NYC está envejeciendo rápidamente. El reporte indica que los nacidos en el extranjero representan cerca del 50% de los residentes con más de 65 años.
Por otro lado, señala que, aunque el aumento de la población de ancianos extranjeros tiene implicaciones enormes para Nueva York, “las autoridades de la ciudad apenas han comenzado a planear para estos cambios demográficos”.