Se buscan líderes
La diversidad de orígenes y generaciones hace difícil el surgimiento de un liderazgo latino nacional
“Latinos sin líder”. Así rezaba el titular de este periódico hace unos días. Dicho encabezado hacía referencia al informe del Pew Hispanic Center acerca del liderazgo en la población latina en Estados Unidos. Y es que el resultado más sobresaliente de una encuesta realizada recientemente por esta organización mostró que los latinos en este país carecen de uno o una líder nacional. Los latinos quieren un líder (75% de los encuestados estuvo de acuerdo en que era importante tenerlo), pero no lo encuentran (71% de los los encuestados señaló no saber quién es ese líder o afirmó que simplemente no existe).
¿Por qué los latinos carecen de un líder nacional que pueda encabezar sus causas más importantes?
Quizá tiene que ver con la heterogeneidad de la población en las categoría “latino” o “hispano”. Nos unen el idioma, el pasado colonial y la religión, pero nos separan otras cosas.
Los latinos provienen de los más variados orígenes nacionales, desde los países caribeños hasta las naciones mesoamericanas y del cono sur.
Con esos orígenes nacionales vienen distintas características socioeconómicas, tendencias políticas y rasgos fenotípicos. Mientras que los puertorriqueños gozan de la ciudadanía norteamericana, una gran parte de los mexicanos carecen de estatus legal. Si guatemaltecos y salvadoreños provienen de las clases trabajadoras rurales y urbanas de sus países de origen, los cubanos y colombianos proceden de las clases medias. Y si los argentinos son fenotípicamente blancos, producto de migraciones europeas, peruanos y ecuatorianos tienen fuertes raíces indígenas y negras.
Otra dimensión de la heterogeneidad de los latinos son las diferencias entre los inmigrantes y las generaciones subsiguientes ya nacidas y vinculadas a los Estados Unidos.
La generación inmigrante tiene los pies plantados en dos mundos, en la patria que la vio nacer y en la tierra que le ha brindado oportunidades económicas. Los hijos, nietos y descendientes de estos inmigrantes tienen los pies firmemente plantados en esta nación. Esta heterogeneidad provoca que los boricuas se identifiquen con líderes vinculados a sus causas, los cubanos a las suyas y los mexicanos a las propias. No podemos esperar que los latinos produzcan un Martin Luther King, no sólo porque los líderes como el Dr. King son excepcionales (aparecen una vez por siglo), sino porque la experiencia de los estadounidenses negros ha sido más homogénea que la de los latinos.
Una vez pasada esta gran oleada migratoria, la experiencia común de esta población será, no el haber venido de otro país, sino el haber crecido en este. El tema central que guíe a los futuros líderes será el de la educación y las oportunidades de movilidad social de los latinos en Estados Unidos.