Filipinos de NYC sufren por sus familiares

Lo peor es no saber cuál es el verdadero estado en el que se encuentran, según contaron varios residentes de la Pequeña Manila

Iluminada Laurino, a la derecha, y su hermana Aurelia Rice se encuentran angustiadas por no saber de sus familiares en Ormoc City.

Iluminada Laurino, a la derecha, y su hermana Aurelia Rice se encuentran angustiadas por no saber de sus familiares en Ormoc City. Crédito: JOSE ACOSTA / EDLP

NUEVA YORK – La falta de comunicación con sus familiares mantiene en estado de desesperación e incertidumbre a muchos residentes de la Pequeña Manila, en el barrio de Woodside, donde residen unos 13,000 filipinos.

Haiyan, uno de los tifones más potentes de la historia, devastó durante su paso por Filipinas la ciudad de Tacloban, donde las autoridades calculan que por lo menos 10,000 personas murieron.

María Lourdes Vega, residente de la Pequeña Manila, dijo que tiene familiares que residen en Tacloban, con los cuales no se ha podido comunicar desde que el tifón tocó tierra.

“Son mi tío Ramón Tan, y mis primos Margie y Wilfredo Guivane. Yo hablé con ellos antes del tifón y me dijeron que tenían mucho miedo y que las autoridades dieron el aviso de que se prepararan con comida, agua y equipos de emergencia”, dijo Vega.

La mujer añadió que ni ella ni sus familiares esperaban que el fenómeno atmosférico fuera de tal magnitud ni llegara tan rápido.

“Estoy muy preocupada y temo por sus vidas. He tratado de comunicarme por todos los medios posibles y no he podido. Son seres muy queridos para mí. No he podido dormir y me la paso rezando por ellos”, dijo Vega, quien le pidió al público que ayude a su país a través de las entidades de socorro como la Cruz Roja.

Iluminada Laurino compró un boleto de avión para viajar a Filipinas, “porque no he podido comunicarme con mi hija Imelda Auman, de 26 años, ni con mi nieta Imee Auman, de 10”.

“No puedo dormir de la preocupación. Estoy desesperada”, dijo Laurino. “Ellas viven en Ormoc City, en Leyte, y las noticias dicen que la ciudad fue arrasada por el tifón, que destruyó casas y edificios y afectó al 90% de la ciudad y por eso fue declarada en estado de calamidad”, señaló.

Laurino tomó un vuelo hasta Cebu City para luego ir en transbordador (ellos lo llaman super-ferry) hasta Ormoc.

En restaurantes como Krystal’s Cafe, uno de los más populares del sector, localizado en la calle 69 y Roosevelt, los comensales miraban las noticias en las televisoras con los rostros tristes y tensos por las imágenes que mostraban la gran devastación de Tacloban y otras islas vecinas.

Uno de ellos era Rafael García, de 76 años, quien tiene familia en la isla de Marinduque, donde se celebra el famoso festival Moriones.

“El tifón no fue tan fuerte en Marinduque y gracias a Dios ya me comuniqué con mis hermanos allá, Ernesto e Ismael García, y me dijeron que la tormenta había derribado muchos techos pero que a ellos no les había ocurrido nada”, dijo García.

Linda Dula, con familia en Capiz, dijo que logró comunicarse con familiares a través de Facebook y le dijeron que su madre y su hermana están bien, pero que necesitan comida y agua.

“Yo les envié dinero y mis antiguos compañeros de la Universidad de Filipinas están organizando una pequeña actividad de recaudación de fondos a través de Facebook para enviar ayuda a Capiz”, dijo Dula. “Por ahora es mejor cooperar con dinero, porque enviar ropa y comida puede tardar dos meses”, consideró.

Los filipinos consultados no sabían de ninguna organización local que estuviera tramitando ayuda a las víctimas del tifón, y recomendaron hacer las donaciones a través de instituciones reconocidas para evitar fraudes, o comunicarse con el Consulado General de Filipinas en Nueva York, situado en el 556 de la Quinta Avenida, en Manhattan y cuyo número telefónico es el (212) 764-1330.

En el portal del consulado hay información detallada sobre el tifón Haiyan (Yolanda) y las ciudades afectadas: http://www.newyorkpcg.org

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