EEUU triplica ayuda a las víctimas del tifón Haiyan
Hasta el portaaviones USS George Washington fue enviado a Filipinas para participar en las labores de auxilio
Washington – Las Fuerzas Armadas estadounidenses aumentarán el número de aeronaves y de personal para asistir a las víctimas del tifón Haiyan en Filipinas, a fin de acceder pronto a las zonas a las que aún no ha llegado la ayuda, informaron funcionarios de EEUU.
Según las autoridades filipinas, el tifón dejó un saldo de unos 2,275 muertos, 3,300 heridos y casi 7 millones de afectados.
“Creo que podemos ser moderadamente optimistas y decir que estamos comenzando a solucionar algunos de los problemas logísticos”, indicaron el miércoles en una llamada con periodistas funcionarios estadounidenses.
Estados Unidos movilizó aviones con capacidad de despegue vertical Osprey MV-22 desde el archipiélago de Okinawa (sur de Japón) para aumentar la presencia militar de emergencia con el fin de responder al desastre natural.
Fuentes del Gobierno estadounidense estiman que a finales de esta semana haya unas 1,000 personas a cargo del Pentágono en Filipinas, con el envío de más infantes de Marina desde Okinawa y la presencia de varios navíos.
El portaaviones USS George Washington y otros navíos de guerra ya llegaron a la zona afectada para reforzar los 300 militares que trabajan en las primeras tareas de auxilio.
Estados Unidos ha comprometido $20 millones para asistir a Filipinas, la mayoría de estos fondos son para alimento y material de primera necesidad y para prevenir epidemias.
Hasta el momento, las Fuerzas Armadas estadounidenses han evacuado a 800 personas solo de la localidad de Tacloban, de las más afectadas, mientras que desde el martes comenzaron a llegar los primeros envíos de material de emergencia, entre otras cosas tiendas de campaña, mantas y kits de primeros auxilios.
El miércoles llegaron los primeros envíos de alimentos y agua, mientras que durante esta semana seguirán volando los Osprey a las regiones más afectadas con material de primera necesidad.
“Al principio ha habido mucha desesperación, pero conforme vaya llegando la ayuda y se mantengan los toques de queda bajará la presión”, indicaron funcionarios estadounidenses, que indicaron que solucionar los problemas de seguridad es “esencial”.