Rafael Pineda dice adiós a los televidentes

El legendario presentador de Univisión se despide tras 42 años en la pantalla chica

El periodista Rafael Pineda anunció su retiro definitivo el 20 de diciembre .

El periodista Rafael Pineda anunció su retiro definitivo el 20 de diciembre . Crédito: Cortesía

Nueva York — Son muchos los que extrañarán el buen sentido del humor y la credibilidad del presentador cubano Rafael Pineda, quien por más de cuatro décadas ha sido el encargado de informar a la comunidad latina sobre los principales acontecimientos diarios que los afectan.

Hace unas semanas, el periodista anunció su retiro definitivo el 20 de diciembre de Noticias Univisión 41, canal que lo acogió desde sus inicios.

Antes de alistar su maleta y dirigirse hacia la Florida, en donde se reunirá con su esposa —quien se encuentra radicada allí—, el comunicador conversó sobre su trayectoria, y reconoció, entre otras cosas, no saber lo que le espera en su nueva vida.

¿Qué hacías cuando llegaste a NYC?

Primero trabajé en una fábrica de muñecas en Manhattan, les ponía los brazos, la cabeza… en esa época el salario mínimo era un dólar la hora y cuando cobré mi primer cheque me quedaban como $32 después de impuestos. Cuando recibí ese pago pensé que me había vuelto millonario (dice entre risas).

¿Cómo empezaste en la televisión?

La parte noticiosa fue accidente. Yo trabajaba en radio y estaban trayendo a Marco Antonio Muñiz, quien iba a ser el primer cantante latino [que se presentaba] en el Felt Forum del Madison Square Garden. Alguien me recomendó para presentarlo.

Sin darme cuenta, en aquel momento los dos estábamos escribiendo un capítulo en la historia de Nueva York, fuimos los primeros dos latinos en estar en ese escenario. Después de la presentación, el dueño del canal me dijo que llamara al director de noticias.

¿Cuál fue tu primer reportaje?

Me vino a la mente como si hubiera sido aquel día. Había una figura del boxeo en Gallagher’s en la calle 52, en Manhattan, no me acuerdo si era Roberto “Manos de Piedra” Durán. Yo me puse frente a la cámara de forma que la toma fuera de él, y cuando regresé al canal, el director del noticiero me mostró que yo era el que estaba en primer plano. El regaño fue grande.

¿Siempre supiste que querías estar frente a la cámara?

Desde la primera vez que me senté frente a una cámara no puedo negar que el nerviosismo se apoderó de mí, pero comprendí que yo había nacido para tener ese romance con la televisión.

¿Hay alguna anécdota que sea memorable?

Detrás de cada noticia hay algo que contar. Recuerdo una noche que estaba hablando con un señor colombiano de Queens, porque a una de sus niñas le había caído un pedazo de concreto en un derrumbe en Colombia, y no pude aguantar el dolor del señor, me identifiqué con él como padre, y en aquel momento no pude seguir.

También recuerdo cuando conversé con el presidente Clinton… me entró un nerviosismo que terminé tuteándolo. Nunca se me olvidará.

¿Cómo encuentras el balance con tu vida familiar?

Quienes se merecen el premio mayor son las esposas y esposos de quienes trabajan en esta profesión. El horario acá no existe. Trabajos como éste son la causa de un gran porcentaje de divorcios.

¿Qué viene ahora?

Hace ocho años mudé a mi familia a la Florida, con la promesa de que en un año yo estaría allá con ellos, he estado viajando semanalmente para pasar prácticamente un día con ellos, y llega un momento en que me dije que ya pagué mis dues, y es el momento de darle a mi familia el tiempo que les debo.

De mi segundo matrimonio, mi hijo más pequeño cumplió 18 años y se fue al college por lo que mi esposa está sola, así que voy a pagar ese tiempo con gusto tremendo… ahora si me preguntan si estoy listo para retirarme, no sé cómo contestar esa pregunta.

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