Con más energías para 2014

Las celebraciones de la Virgen de Guadalupe y la Navidad reviven para nosotros la capacidad de enfocarnos en lo que está naciendo, y lo que va a llegar a vivir en el año nuevo. Soy madre por segunda vez, y es suficiente con mirar a mi nuevo hijito, Emiliano, para experimentar el milagro de un nuevo nacimiento. Anticipo con placer su bautismo. La fuerza de nuestra fe se deriva del hecho que, sea lo que sea lo que el mundo lanza contra nosotros, Dios nos ofrece tantas oportunidades de nacer de nuevo en nuestras vidas.

Es cierto que el Congreso ha cerrado su sesión sin considerar ninguna legislación que podría acabar con la peste de deportaciones y separación de familias. Cierto es, también, que una vez más nos piden esperar hasta una coyuntura política favorable. Ahora nos dicen que el liderato de los republicanos, bajo la iniciativa del congresista Paul Ryan, ha dado un plantón a la gente del Tea Party en el asunto del presupuesto nacional, y, como Ryan ha indicado que favorece una reforma migratoria, las condiciones ya son propicias para que una legislación migratoria prospere en el Congreso. Tenemos el derecho de dudar, ya que hemos oído estas promesas muchas veces en el pasado, solo para verlas incumplidas después.

Pero en este año de lucha hemos ganado mucha confianza. Por demasiado tiempo hemos creído que la única táctica disponible era la de apegarnos al partido Demócrata, y esperar que eventualmente nos atiendan. Aprendimos que era posible defender nuestras familias y enfrentar a la Casa Blanca y los líderes demócratas, a pesar que nos dijeron que los republicanos eran tan horribles que no teníamos otra opción más que apoyar al partido Demócrata en todo. Hemos seguido creciendo en fuerza y unidad. Hemos conquistado los corazones de millones de personas más allá de nuestra propia comunidad.

El nacimiento de una comunidad latina nuevamente unida e independiente todavía parece el nacimiento de un niño nuevo. Pero como un bebé recién nacido, está lleno de vida y alegría y posibilidades.

Cuando reflejamos sobre el milagro de lo recién nacido en nuestra comunidad, espero que crezca nuestra motivación. Nuestras iglesias se renacerán si ahora se presentan para aceptar nuestro reto que se declaren santuarios para los inmigrantes. No importa cuánto tiempo requiere que los republicanos ajusten sus políticas conforme con la voluntad del pueblo, siempre tenemos que defender a nuestro pueblo.

En el día de hoy, el presidente Barack Obama deportará a otras 1,100 personas. Destruirá las vidas que aquellas familias han erguido con amor y trabajo duro. Debemos obligarle a que responda a nuestra exigencia que ofrezca el mismo aplazamiento que ha otorgado a los “soñadores”, a sus padres y madres y a los padres y las madres de niños que son ciudadanos estadounidenses. Debemos obligarle a responder a lo que ha nacido y crece entre nosotros, pues Dios nos está convirtiendo en un pueblo fuerte en este continente.

Para los latinos, la lucha pro derechos inmigrantes ha sido nuestro bautismo. En el rito de bautismo celebramos el hecho de que hemos sido seleccionados para una bendición. Hay todavía muchas batallas para ganar en el norte y todavía tenemos que establecer los nexos, cruzando las fronteras, que nos pueden unirnos en todo el continente. Pero hemos sido bautizados y estamos listos.

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