Boca no esperaba un arranque tan atravesado

Los dirigentes soñaban con un tranquilo comienzo de año, pero siguen las lesiones, se realizaron transferencias controvertidas y algunos jugadores todavía quieren irse

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Parece increíble, pero simplemente sucede. Todo aquello que Boca pretendía evitar no puede quitárselo de encima. Imaginó un comienzo de 2014 diferente, liberado de las tensiones y sin situaciones que lo acomplejen. Sin embargo, todo le sale como no quería. Porque pretendía evitar lesiones y ya tiene varias en su lista. Porque quería vender, pero se frustró la transferencia de Erbes y se realizaron otras que generaron polémica con los hinchas. Porque el DT quiere afianzar el grupo, pero algunos futbolistas no esconden que quieren irse. Y en medio de todo ese escenario, Carlos Bianchi apuesta por un nuevo sistema de juego que es toda una incógnita: desde la propuesta luce atractivo, pero le faltan horas de rodajes. Y en este semestre, Boca ya no tiene margen de error.

Cada día se escribe un capítulo diferente, en el que las noticias no son las mejores_ Porque comenzó el año con la buena energía de tener los refuerzos (Grana y Forlín) desde el arranque de la pretemporada, pero con la necesidad de vender futbolistas que permitan mantener equilibradas las finanzas del club.

La primera venta fue la de Nicolás Blandi, por la que el club recibió US$ 1.850.000 por la mitad del pase, pero a… San Lorenzo. Una apuesta de alto riesgo a la que los dirigentes también accedieron porque conocían el deseo del delantero de cambiar de aire. Y en el mismo escenario estaba Cristian Erbes, que pretendía irse porque sentía que no tenía lugar. Ayer se terminó por confirmar que su pase a Betis no se concretó. No sólo eso generó malestar en Boca -expresó su repudio hacia el club español en un comunicado y el presidente Daniel Angelici calificó de “poco serio” a Betis-, sino que también el ánimo de Erbes se supo que no es el mejor. Y hasta el préstamo de Leandro Paredes a Roma generó algunas dudas en los hinchas, que entendieron que los dirigentes debían esperar un poco antes de dejarlo ir hacia Europa.

Hasta pareció paradójico que en el mismo día que se confirmó la distensión en un músculo de la cadera de Agustín Orion (no jugará el superclásico del próximo sábado, en Córdoba), también se supo que Pablo Ledesma no se pudo entrenar por un cuadro febril. Claro que es un tema menor el que afecta al volante, pero una y otra vez las planificaciones deben ser alteradas.

En los dos primeros encuentros del año (Estudiantes y River) se advirtieron buenas señales, aunque también a Boca le faltan algunas piezas para poder mostrar la mejor versión. Por eso es que ante la lesión de Joel Acosta, rápidamente se pensó en sumar a Diego Perotti, que podría ocupar la banda derecha, el sector que más lo preocupa al técnico. Es que sabe el DT que Juan Manuel Martínez no siente esa función, así como que el jugador hasta hace unos días estaba pensando en irse de Boca. Pero la llegada de Perotti, que se quiere ir de Sevilla, no sería sencilla, no sólo porque Boca pretende incorporarlo a préstamo, sino porque apareció en escena Mónaco y lo compraría.

Todo es una bola de energía extraña en la Ribera, porque hasta la feroz interna de la barra brava se mantiene latente. Es que para el último superclásico en Mar del Plata existieron versiones de posibles enfrentamientos, que no sucedieron, pero que en los pasillos de la Bombonera todavía resuenan y hasta se teme que en Córdoba o Mendoza se pueda desencadenar ese incidente.

El año 2014 comenzó algo extraño para Boca. Y por ahora lejos de cómo lo soñaba.

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