Agridulce despedida del pastelero de la Casa Blanca
Bill Yosses deja a los Obama para dedicarse a promover la comida sana y la lucha contra la obesidad
Washington – El jefe pastelero de la Casa Blanca, Bill Yosses, anunció que dejará de preparar los postres para los Obama y sus invitados a partir de junio y se marchará a Nueva York a promover una alimentación más saludable.
Tan hondo le ha llegado el mensaje a favor de la vida sana de la campaña “Let’s Move!” (“¡Movámonos!) que abandera la primera dama, Michelle Obama, que ha decidido colgar el delantal y crear una fundación para enseñar a los estadounidenses a comer mejor.
Yosses, de 60 años, lleva tiempo predicando con el ejemplo y modifica las recetas de los postres que prepara en la Casa Blanca para que a nadie le amargue un dulce.
En realidad el pastelero ya era conocido por los suflés de pera y frambuesa que elaboraba en los restaurantes más exclusivos de Nueva York antes de que la anterior primera dama, Laura Bush, lo reclutase para la Casa Blanca en 2007.
Por eso no tuvo mayores reparos en obedecer a las dos peticiones que le hizo la nueva primera dama cuando los Obama pasaron a residir en el número 1600 de la Avenida Pensilvania: postres más saludables y con menores porciones.
Diligentemente, el repostero, que en sus primeros meses en la residencia presidencial con los Bush había preparado dulces más convencionales, revisó sus recetas y empezó a sustituir el azúcar por miel y la mantequilla por puré de frutas.
En sus postres, Yosses acompaña las tartas de chocolate con peras o, como en la visita del presidente francés, François Hollande, del mes pasado, añade mandarinas a un pastel de chocolate hawaiano con helado de vainilla.
Ahora los Obama no sólo pierden a quien les ha deleitado con pasteles sanos y a la vez exquisitos, según cuentan, sino también a uno de los mejores aliados de la primera dama en su cruzada en defensa de una vida saludable, que ahora batallará por su cuenta.
Michelle Obama declaró sentirse “increíblemente triste” por su partida, en un comunicado.
“Es una decisión agridulce”, reconoció Yosses en declaraciones al diario The New York Times.
Lo “dulce” para él es que se encontrará en la Gran Manzana con su marido, Charlie Jandusay Fabella Jr., con quien se casó en 2011 en Washington y podrá convivir por primera vez desde que le conoció, hace 11 años, ya que hasta ahora han residido en ciudades distintas.
Y lo “agrio” es que abandona la cocina de la casa más poderosa del mundo, donde además, ha coincidido con un proyecto en el que cree, el “Let’s Move!” impulsado por Michelle.
“Ha sido un honor trabajar allí y ver cómo ha crecido este programa”, aseguró Yosses en una conferencia en Manhattan el año pasado.
Muchos de sus ingredientes proceden del huerto que Michelle Obama ha plantado en los jardines de la residencia presidencial, que ha sido toda una inspiración para Yosses, hasta el punto de que lo incluye en la reproducción de la Casa Blanca en pan de jengibre y chocolate blanco que prepara en Navidad.
El pastelero afirma que no quiere “demonizar” la nata, la mantequilla, el azúcar o los huevos, pero admite estar “preocupado” por el aumento de la obesidad y la diabetes en Estados Unidos.
“Si los pasteleros están preocupados porque la cantidad de grasas y azúcares que estamos consumiendo es un problema, realmente tenemos un problema”, manifestó en aquella conferencia.
“Es importante mantener viva la noción de placer y un postre delicioso es un poderoso símbolo. Una de las cosas que asusta a la gente es la idea de que la comida saludable va contra el placer”, abundó en su charla.
Desde la nueva tribuna de la fundación que planea crear para fomentar la alimentación saludable, Yosses pretende reivindicar que la cocina consiste en “recrear los sabores, como el jazz hace con las melodías” y que la comida sana también puede ser placentera.