¿Por qué no me avisaron?
Consejos que hubiese querido me dieran antes de trabajar
1. No dudes de ti misma. Si tienes una idea o una opinión que crees que es importante, no temas compartirla con tu supervisor.
No creas que por ser nueva o joven, tus opiniones no sirven. Por el contrario, una nueva perspectiva puede ser muy valiosa para la compañía.
2. Calladita no te ves más bonita. Nadie va a darte una promoción o un aumento de sueldo si te quedas callada en tu escritorio y te limitas a hacer bien tu trabajo, llegar a tiempo, o aceptar críticas.
Si quieres ascender en tu empleo, tienes que aprender a vender tu propio kiosco y convertirte en tu propia publicista. No temas pedir lo que quieres y anunciar a los cuatro vientos tus logros y habilidades.
3. Acostúmbrate a las críticas. Aprende a aceptar los comentarios y observaciones de tu supervisor. Incluso cuando sientas que está completamente equivocado. Elige tus batallas, sonríe y déjalo pasar.
No todos van a ser elogios a tu trabajo. Mañana será otro día, otra asignación, otro proyecto.
No hay motivo para ser mala compañera. Más allá del trabajo o la posición en que te encuentres, recuerda siempre ser amable y respetuosa con todos tus compañeros.
Tu reputación siempre te precede y nunca sabes si en el futuro, aquella persona a quien trataste con desprecio, se convierte en la nueva presidenta de la corporación.
5. Menos reuniones, más trabajo. No es necesario estar presente en todas las reuniones. Sé selectiva y ahórrate el tiempo.
Cuenta un viejo chiste, sobre cuando la maestra le pregunta a los niños por la profesión de sus padres.
“Mi mamá es dentista”, “Mi papá trabaja en construcción”, responde cada uno.”¿ Y tu papá dónde trabaja”, le pregunta la maestra a Jaimito. “Mi papá trabaja en una reunión. Cada vez que lo llamo, es lo que siempre me dicen
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