Editorial: un fallo que perjudica a la mujer
La conciencia de los empleadores determinará aplicación de Obamacare
Una empresa familiar con fines de lucro no es una persona religiosa con derecho a seleccionar la cobertura médica de sus empleados según su conciencia. O al menos no debería ser así.
Sin embargo, para la mayoría conservadora de la Suprema Corte de Justicia la Ley de Restauración de la Libertad de Religión de 1993 le da el derecho a la empresa Hobby Lobby a negar a sus 15,000 empleados las opciones contraceptivas que estable la ley de salud accesible (ACA) u Obamacare.
Esta decisión es una barbaridad. En ella se entremezclan los beneficios laborales de un empleado con las creencias religiosas de un empleador. Los jueces al fallar en favor del empleador están creando una perversa división que perjudica a los trabajadores y especialmente a las mujeres.
Ellas son las más perjudicadas. Ahora un sector empresarial tiene la libertad de elegir que tipo de contracepción puede dar a sus empleadas de manera que la conducta de ellas no incomode moralmente al empleador. Lo que hace el empleado en su privacidad, y con su cuerpo, no debe ser la incumbencia de su patrón mientras no impacte su labor.
El juez Samuel Alito escribió que un concepto tan vago como el reflejar ” una convicción honesta” religiosa es suficiente para no cubrir varios tipos de anticonceptivos.
La decisión contra el Obamacare es motivo de felicidad para sus críticos que prefieren que haya millones de personas sin cobertura médica a que exista una cobertura básica para todos. El fallo se nutre de la idea distorsionada que Obamacare es una intrusión del gobierno, cuando en realidad no es mucho más distinto a otros programas populares de hoy como Medicare, que en su momento fue denunciado como socialismo tal como ocurre ahora con el ACA.
Ante este fallo, es aparente que le queda a la Casa Blanca la misión de corregir el impacto del fallo con una orden ejecutiva para evitar que las opciones reproductivas que las trabajadoras reciben de su empleo no estén limitadas por la creencia religiosa de su empleador.