LULAC dividida en la lucha contra Herbalife
Al interior de la organización hay quienes cuestionan la legitimidad de su campaña
La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) la organización hispana más grande y antigua en Estados Unidos, ha hecho de sus críticas contra la empresa Herbalife una de sus principales campañas argumentando que así defiende los derechos civiles de los latinos y, particularmente, de los inmigrantes, que forman una buena parte de los distribuidores de esta compañía de venta de productos dietéticos.
Pero no todos en la organización, fundada en 1929, están de acuerdo en que LULAC ha debido iniciar esta batalla contra una empresa de multinivel que vende malteadas y otros suplementos nutricionales con la que trabajan muchos de sus miembros, activistas y voluntarios.
“La organización debería mantenerse neutral en el tema, ya que este no es un asunto de ‘discriminación en el empleo“, afirma Pablo Martínez, ex presidente de LULAC Nuevo México y presidente del concilio de Las Cruces, cuya delegación llegó a la reciente convención anual de la organización, realizada en Nueva York — que terminó con controversias electorales internas— con una resolución aprobada por su estado pidiendo la neutralidad de la organización sobre Herbalife.
“Estos son contratistas independientes, no empleados”, dijo Martínez, refiriéndose a los miles de latinos que trabajan con Herbalife.
Desde hace aproximadamente un año, LULAC, por medio de su director ejecutivo Brent Wilkes y algunos de sus concilios y miembros han organizado protestas y eventos para cuestionar las prácticas de negocios de Herbalife.
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Para Wilkes, la campaña contra Herbalife tiene todo el sentido del mundo dentro de la misión histórica de LULAC.
“Ellos reconocen que el 65% de los distribuidores son latinos, es más, que 50% habla español. Nosotros pensamos que hasta el 80% son latinos”, dijo Wilkes en una entrevista reciente con La Opinión. “Si yo te dijera que una empresa tiene esa cantidad de empleados o en este caso distribuidores latinos, seguro te interesaría ya que es muy inusual que así sea”.
LULAC es apenas una de una serie de organizaciones y políticos latinos que pidieron a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que abriera una investigación contra la Herbalife alegando que esta tiene prácticas similares a las pirámides ilegales.
La acción de LULAC está respaldada por la Hispanic Federation, la National Consumers League, Consumer Action y Consumer Network, que publica la popular revista Consumer Reports. LULAC dice que Herbalife engaña a sus distribuidores latinos. Herbalife lo niega con firmeza.
Martínez, quien alega que la organización estatal ha “recibido numerosas quejas de distribuidores hispanos indicando que la acción de LULAC está dañándolos”, tenía intención de someter a votación a la asamblea general su iniciativa, pero todas las resoluciones se engavetaron hasta una próxima reunión de la Junta Directiva de LULAC en octubre.
La iniciativa de Martínez es impulsada también por el ex presidente de Nuevo México, Ralph Arellanes, cuestiona a Wilkes por no haber informado a la membresía de la organización sobre su relación con Pershing Square Capital M., propiedad de William Ackman, quien ha apostado $1,000 millones a la caída de las acciones de Herbalife.
LULAC recibió $10 mil de Pershing Square a principios de 2013, pero los devolvió recientemente para evitar “conflictos de interés”.
“Además nos preocupa la motivación y el hecho de que se emprendió esta campaña sin consultar por medio de una resolución a la Junta Directiva en pleno”, agregó Martínez.
Pershing Square está llevando a cabo una agresiva campaña contra Herbalife, contratando a consultores y especialistas en relaciones públicas en el mercado latino en Washington y en California, así como en otros rincones del país tratando de hallar a víctimas que denuncien las prácticas supuestamente ilegales de la empresa.
Herbalife tampoco se ha quedado atrás en su campaña de relaciones públicas, contratando a su vez a otros especialistas y cabilderos latinos para defender sus intereses en Washington y promover su imagen, en momentos en que la empresa está bajo investigación.
Varios concilios y grupos locales de LULAC también han recibido contribuciones de Herbalife, incluyendo a algunos que ahora critican la postura de LULAC, como el de Nuevo México, como lo reconoció Pablo Martínez, su ex presidente.
Por su parte Wilkes desmiente que la decisión de emprender la campaña se llevó a cabo ocultamente ni con segundas intenciones.
“La junta directiva lo discutió en repetidas ocasiones durante reuniones en 2013 y 2014 y se tomó la posición unánime de pedir a los reguladores federales que investigara a la compañía”, dijo el director. “Nuestros miembros son consultados sobre los principios por los que luchamos y sobre una plataforma y esto cabe perfectamente dentro de nuestros principios”.
Consultada la empresa sobre este particular, Ibi Fleming, vicepresidenta de Herbalife Norte América envió un comentario indicando que “La compañía respeta profundamente a LULAC y compartimos su misión de empoderar a las comunidades e individuos a través del país”.
Agregó que “tenemos una excelente relación de trabajo con todos aquellos concilios de LULAC que reconocen la contribución de Herbalife en la comunidad latina y por eso decepciona que la oficina nacional de LULAC continúe haciendo declaraciones contra Herbalife basadas en información errónea”.