Heridas abiertas en Nueva York por la muerte de Eric Garner

La muerte de Eric Garner ha puesto al NYPD contra la pared y políticas como "ventanas rotas" sobre el tapete

Según el  concejal Antonio Reynoso, la muerte de Garner es "un ejemplo trágico de cómo la política de ventanas rotas pone la mira en las personas con menos ingresos y de color con tácticas agresivas para combatir infracciones leves".

Según el concejal Antonio Reynoso, la muerte de Garner es "un ejemplo trágico de cómo la política de ventanas rotas pone la mira en las personas con menos ingresos y de color con tácticas agresivas para combatir infracciones leves". Crédito: Humberto Arellano

Las heridas abiertas tras la muerte de Eric Garner después ser arrestado por agentes de NYPD parecen aún lejos de cerrarse.

Han transcurrido ya más de tres semanas desde el lamentable suceso y las tensiones entre los tres frentes que representan las organizaciones de derechos civiles, la Alcaldía y el Concejo Municipal, y la Policía y sus sindicatos siguen a flor de piel.

La indignación crece cada día más entre las organizaciones de derechos civiles ante el hecho de que ni Daniel Pantaleo, el policía que efectúo la maniobra de estrangulamiento sobre Garner, ni ninguno de los otros agentes que aparecen en el video grabado por un transeúnte el pasado 17 de julio hayan sido arrestados hasta el momento, aún después de que el médico forense certificara su fallecimiento como homicidio.

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La única detención que se ha producido relacionada con el caso es la del autor del video, Ramsey Orta, que fue arrestado la semana pasada por supuesta posesión de un arma robada. Orta defiende que es víctima de represalias por parte de NYPD.

Por todo ello, el reverendo Al Sharpton, que se ha erigido como cabeza visible y principal vocero de los activistas, seguirá adelante con la gran protesta convocada para el 23 de agosto en Staten Island para pedir justicia por Garner y el fin de la brutalidad policial contra las minorías.

“Si usted quiere que se detengan las llaves de estrangulamiento aplicadas por la Policía, entonces usted deberá subirse al autobús y acompañarnos”, dijo Sharpton este pasado fin de semana.

La única concesión que ha hecho Sharpton es que, por razones de seguridad, los participantes en la protesta serán conducidos a Staten Island en una caravana de autobuses, en lugar de cruzar a pie el puente de Verrazano, lo que la Policía consideró crearía un colapso.

De Blasio supuestamente llegó a telefonear a Sharpton para que cancelara la marcha por temor a que vaya a causar más división y tensión entre los neoyorquinos, según una información del New York Post. El alcalde está intentando contactar a todos los sectores para obtener ayuda para cerrar la crisis cuanto antes.

El cardenal católico Timothy Dolan anunció que, a petición de De Blasio, organizará próximamente un encuentro entre líderes religiosos, que contará con la presencia del propio alcalde y del comisionado de Policía, Bill Bratton, para mejorar las relaciones entre las comunidades y la Uniformada.

Los activistas sin embargo parecen poco proclive a dejar pasar por alto a De Blasio y Bratton que tras la muerte de Garner aún sigan defendiendo la política policial de ventanas rotas, que aboga por una tolerancia cero contra los delitos menores para evitar una escalada de crímenes graves.

Las consecuencias que ha tenido esto en la práctica es que el 75% de los arrestados por delitos leves en los primeros seis meses de 2014 son latinos o afroamericanos, la misma disparidad que se producía con sus antecesores, Michael Bloomberg y Raymond Kelly.

THIS IS HOW WE SHOOT BACK! The most powerful response I’ve seen yet to #EricGarner‘s senseless murder by the #NYPD https://t.co/VSFN7IgwHm

— Sally Rumble (@sallyrumble) August 8, 2014

Algunos analistas políticos cuestionan asimismo por qué la mayoría de los miembros progresistas del Concejo, empezando por su presidenta, Melissa Mark–Viverito, no parecen dispuestos a criticar abiertamente y con dureza la postura de De Blasio respecto a ventanas rotas o la conducta de la Policía después del caso Garner.

“Los progresistas se han bajado del tren del progreso”, indicó María Álvarez Castro, asesora política de la firma Sheinkopf LTD. “Están con miedo a incendiar mas el bosque porque es un asunto muy delicado”.

La analista cree que la relación entre Mark – Viverito y De Blasio se parece demasiado a la que mantenían Bloomberg y la anterior presidenta del Concejo, Christine Quinn, quienes apenas se contradecían en sus opiniones de cara al público y la prensa.

Preguntada por El Diario sobre cómo ve la intervención de Sharpton y las demás organizaciones de derechos civiles luego de la muerte de Garner y frente a la controversia de ventanas rotas, Mark – Viverito puntualizó que las conversaciones con ellas apenas han comenzado y hay margen para llegar a un acuerdo.

“Hay un trabajo por hacer. Es necesario llevar a cabo muchas conversaciones y discutir el problema en profundidad para llegar a algún tipo de acuerdo que beneficie a cada una de la partes“, añadió la presidenta del Concejo, quién también dijo que la política de De Blasio y Bratton respecto a ventanas rotas no se puede comparar a la de Bloomberg y Kelly.

Algunos concejales progresistas hispanos, como Ritchie Torres (Bronx) o Antonio Reynoso (Brooklyn), sí han sido más duros en sus críticas hacia la Policía.

Ventanas rotas está arruinando la vida de jóvenes hispanos“, dijo Torres en referencia a la mancha en el record criminal que los arrestos dejan de por vida, quién también consideró que sus colegas en el Concejo y los líderes hispanos deben hablar más en contra de esta práctica policial.

Y Reynoso declaró a través de un comunicado que la muerte de Garner es “un ejemplo trágico de cómo la política de ventanas rotas pone la mira en las personas con menos ingresos y de color con tácticas agresivas para combatir infracciones leves”.

Los sindicatos policiales se quejan por su parte de que los políticos municipales deberían preocuparse también de la protección de los agentes de NYPD.

“Si a nuestros oficiales les preocupa proteger a sus constituyentes, lo que incluye a los agentes de policía, deberían informar al público que resistirse a un arresto va en contra de la ley. Sólo por que a un ciudadano le disguste ser arrestado, ya sea por un crimen serio o una ofensa, no le da el derecho a resistirse a un agente que está ejerciendo su deber. No se puede culpar a los policías por obligar a cumplir leyes aprobadas por políticos”, declaró Dennis González, presidente de NYPD Hispanic Society

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