window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Marcha de las Novias, un alerta contra la violencia doméstica

Aceptar el problema es el primer paso para erradicar el flagelo

Ana Rojas-Ybe dijo que su hija Jessica le ocultó la pesadilla que vivía a manos de su pareja.

Ana Rojas-Ybe dijo que su hija Jessica le ocultó la pesadilla que vivía a manos de su pareja. Crédito: Mariela Lombard / EDLP

@Zaira_Reporter

Ana Rojas-Ybe (52) no esconde su dolor; por eso aparta el velo de novia de la cara y deja ver sus lágrimas mojándole el rostro. Con fuerza sostiene las fotografías de su hija Jessica (22) y sus nietas Sasha (3) y Jelyhanna (2), asesinadas a puñaladas, en enero de 2010, en un episodio de violencia doméstica que sigue estremeciendo a la Ciudad de Nueva York.

Rodeada de vestidos blancos en el vestíbulo de la Iglesia Presbiteriana de Fort Washington, Alto Manhattan, Ana alza la voz por aquellas mujeres que ya no pueden contar su historia. “El silencio es el peor enemigo”, dice con firmeza. “Mi hija siempre ocultó la pesadilla que vivía. El día de su funeral todos vinieron a decir que su asesino la golpeaba, pero nadie denunció a tiempo”.

Jermaine Ruiz, esposo de Jessica y padre de las niñas, fue sentenciado en 2013 a 40 años de prisión por el múltiple homicidio. El día del incidente, la pareja inició una discusión en la calle frente a vecinos que terminaría con las muertes en su departamento de East Flatbush.

El asesinato quedó al descubierto cuando Ruiz llamó a su padre para confesar. La Policía lo arrestó cuando trataba de deshacerse de los cadáveres. Otros dos hijos mellizos de la pareja, ahora de 5 años, estaban al cuidado de la madre del homicida cuando ocurrió el crimen y quedaron bajo la tutela de Ana.

“Yo trabajé por dos años limpiando albergues para víctimas de violencia doméstica y Jessica, siendo niña, me acompañaba. Nunca imaginé que un día ella también sufriría abuso”, dijo Ana. “Aún en mi presencia ese monstruo la insultó, pero Jessica siempre trató de ocultar la agresión física. Cuando la golpeaba no se dejaba ver”, destacó. “El asesino nunca pidió perdón, ni mostró arrepentimiento”.

Ana, quien emigró de Republica Dominicana hace 30 años, comentó que su nieta Sasha cumpliría 7 años el 26 de septiembre, el día en que realiza la Marcha de las Novias.

“Me visto de novia y marcho por mis nietas y mi hija, mis niñas, mis ángeles. Marcho por las mujeres asesinadas y por las que sufren abuso, para que rompan el silencio y salven su vida”.

El evento se conmemora en memoria de la dominicana Gladys Ricart, asesinada en Nueva Jersey el día de su boda, el 26 de septiembre de 1999. Ricart, ya vestida de novia, se preparaba para enlace matrimonial con su nueva pareja cuando el comerciante dominicano Agustín García, con quien había mantenido una tormentosa relación de siete años, entró a su hogar y la disparó en cinco ocasiones.

“Es un día solemne y doloroso. Vestidas de blanco rompemos el silencio y pedimos no más violencia doméstica, no más familias destruidas”, afirmó Grace Pérez, activista del Centro De Desarrollo de la Mujer Dominicana (DWDC, por su sigla en inglés), la agencia no gubernamental que encabeza la marcha.

Muchas veces, ante denuncias de violencia, las cortes intervienen y obligan al abusador a tomar terapia. Ada Frasca, terapista experta en el tratamiento de violencia doméstica, destacó que estos mandatos judiciales son muy poco efectivos, porque el golpeador sólo acude a terapia para cumplir con una orden del juez y no por el interés en rehabilitarse. Los tratamientos, además, son relativamente cortos, y por ende poco efectivos.

“Los daños psicológicos sufridos por abuso en la infancia dejan huella en la etapa adulta. Es muy difícil que un abusador se rehabilite a menos que tome conciencia del problema”, sostuvo Frasca. “La cultura es otro factor. A los hombres de nuestros países se les educa para ser controladores y posesivos”.

Frasca, que por más de una década trabajó en programas terapéuticos para mujeres y niños víctimas de abuso doméstico, dijo que la rehabilitación del agresor tiene más probabilidades de éxito cuando éste admite que tiene un problema y se compromete a ejercer un cambio. “Este es un proceso que lleva años y es muy difícil que el exabusador logre adquirir un temperamento controlado y tolerante”.

“La violencia en el hogar no es saludable y no es un asunto privado. Hay consecuencias trágicas para todos – niños, mujeres y hombres – cuando el abuso físico o emocional en el hogar es aceptado como normal. Cualquier persona que se encuentre en una relación de comportamiento dañino debe buscar ayuda y apoyo hacia opciones más positivas”.

“Como ciudad, tenemos que empezar a tratar el abuso doméstico no simplemente como un acto aislado de violencia, o como si fuera cualquier otro acto de agresión física, sino como una amenaza a la salud pública. El Departamento de Salud señala una serie de otras consecuencias asociadas con ser víctima de la violencia doméstica, incluyendo la depresión, el abuso sexual, estrés, alta presión y pensamientos suicidas, entre otros problemas de salud. Las poblaciones inmigrantes y con dominio limitado del inglés, son también vulnerables al abuso doméstico, mas sin embargo, muchos optan por no reportar sus casos por una serie de razones: estatus migratorio, barreras del idioma, problemas financieros, entre otros. Dada la magnitud de este gran reto, es indispensable que todas las instituciones de la ciudad entablen un diálogo serio sobre coómo la ciudad de Nueva York puede estar en la vanguardia de la lucha contra este grave problema”.

“La violencia doméstica no tiene lugar en nuestra sociedad, y nosotros ya no podemos permanecer en silencio mientras tantos neoyorquinos experimentan el maltrato y abuso. Es por eso que el Concejo Municipal ha trabajado en proveer servicios legales, espacios seguros y cuidado compasivo a sobrevivientes, sin importar su idioma o estatus migratorio. Con la ayuda de la Marcha de las Novias y los esfuerzos de organizaciones, crearemos aún más conciencia, sacando este problema de las sombras y conectando a individuos impactados con el apoyo y recursos que necesitan para protegerse a sí mismos y a sus familias”.

“Me complace unirme a las Latinas de Nueva York contra la Violencia Doméstica y enviar un mensaje de apoyo a los sobrevivientes de abuso de pareja: que no están solos, que la ciudad está con ustedes y que hay ayuda disponible en nuestros Centros de Justicia Familiar. La Marcha de las Novias es un poderoso despliegue de personas valientes que juntos hacen brillar la luz sobre la violencia de pareja”.

“Mi nieta dice que escribirá una carta a Dios para que les de permiso a su madre y a sus hermanas de visitarnos. No importa cuánto amor les dé a mis nietos, ellos claman por su madre”.

“La cultura es otro factor. A los hombres de nuestros países se les educa para ser controladores y posesivos”.

Nuevo Amanecer (Washington Heights): (212) 568-6616.
Violence Intervention Program (Manhattan, Bronx y Queens): 1 (800) 664-5880.
Línea 24/7 de la Ciudad de Nueva York: 1(800)799-7233.

En esta nota

Crimen violenciadoméstica
Contenido Patrocinado