La crisis del ébola vista por inmigrantes liberianos en Staten Island

Residentes del condado sufren desde lejos la muerte de parientes y la falta de provisiones para atender a los enfermos

Se calcula que en Staten Island residen alrededor de 10,000 inmigrantes liberianos.

Se calcula que en Staten Island residen alrededor de 10,000 inmigrantes liberianos. Crédito: Humberto Arellano / EDLP

@JoaquinBotero

STATEN ISLAND, Nueva York – Una larga fila de mujeres liberianas con trajes coloridos espera provisiones en la despensa de alimentos junto a los edificios públicos de la avenida Park Hill, en Clifton. Muchas desearían que hubiera igual cantidad de comida y medicinas en su país natal, azotado por el virus del ébola. En la nación de la costa occidental africana van casi 3,500 casos reportados y 1,830 muertos por la enfermedad.

Una mujer relató que dos primos murieron víctimas del virus. Otra dijo que una sobrina y una conocida también fallecieron en zonas rurales. “Cada uno envía lo que puede a sus familiares”, dijeron.

Horas después de reportarse en Dallas, Texas, el primer caso de ébola en Estados Unidos, surgen los miedos y especulaciones.

Se calcula que en Staten Island residen alrededor de 10,000 inmigrantes de ese país, la mayoría refugiados durante la guerra civil, entre 1989 y 2003.

Algunos hispanos de la zona saben que muchos de sus vecinos son africanos, pero desconocen su nacionalidad. Un par de madres boricuas no sabían de la existencia de un país llamado Liberia. En Clifton, también hay residentes de países vecinos como Costa de Marfil, Nigeria y Senegal.

El reverendo Lloyd Land (64), nativo de Nortfolk Virginia, encontró su congregación cuando viajó joven a Ghana y a Liberia. Ahora lidera la First United Christian Church en Stapletlon, un barrio vecino de SI. Casi la totalidad de sus miembros son liberianos.

Por lo que hablan los feligreses, el panorama resulta muy desesperanzador: el débil Gobierno apenas puede ayudar a un porcentaje pequeño de la población y muchos hospitales están cerrados porque sus empleados tienen miedo de contagio. “Lo que el Gobierno da es una gota de alivio en medio de un recipiente. Lo mismo acá: hemos podido mandar $5,000 a través de la Cruz Roja, a sabiendas de que es muy poco. Por fortuna, el presidente Obama está ayudando más ahora”, destacó Land.

Orethe Bestman (43), directora de la Asociación Comunitaria de Liberianos en Staten Island, visitó la república en julio, pero aseguró que ahora el virus se está expandiendo sin control. “Antes huían los que podían, los que tenían documentos de residencia en otro país o la posibilidad de ir a donde familiares al Caribe o Europa. Quedaron los que no tienen los medios”.

Samson Trinity (48) repartidor de la despensa de alimentos en Park Hill, se enteró que, desde hace un mes, pocos pueden salir de Liberia. Nadie quiere entrar. “Salieron los que pudieron al principio y eso fue todo. La gente está estancada, esperando a que lleguen las ayudas de afuera porque el mismo Gobierno hace poco”.

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