Camino abierto a matrimonios del mismo sexo

Los nueve magistrados no aceptaron la deliberación de los matrimonios del mismo sexo por cuestiones estratégicas

Por mucho que tratemos de fundamentar al matrimonio desde una perspectiva religiosa, las normas de la sociedad nos indican que este tipo de unión es un contrato civil formal que proviene del derecho positivo, es decir de las leyes del “hombre”. Por eso los matrimonios de personas del mismo sexo son una realidad inevitable.

Entonces, les corresponde a los magistrados y no a los representantes de Dios resolver esta problemática civil. Las cortes menores del país –tanto las leyes estatales como las federales— ya dieron sus veredictos a favor de los derechos civiles de los gays y lesbianas, quienes históricamente han sido discriminados institucional, estructural e individualmente.

Paradójicamente, la Corte Suprema de Justicia decidió ignorar las querellas jurídicas impugnadas en cinco estados (Virginia, Utah, Oklahoma, Indiana y Wisconsin) en contra de los matrimonios gay.

¿Qué quiere decir esto? Por una parte, los fallos hallados en las diversas cortes estatales y federales a favor de los matrimonios gay mantienen su vigencia hasta nuevo aviso; y por la otra, los magistrados no tuvieron el coraje y ni el valor de deliberar, decidir y poner punto final a esta problemática.

Tal como hizo Poncio Pilatos en tiempos de Cristo, los magistrados se “lavaron las manos” para no cargar con el peso de conciencia.

Los nueve magistrados no aceptaron la deliberación de los matrimonios del mismo sexo por cuestiones estratégicas. Los conservadores (Alito, Thomas, Scalía y Roberts) anticipaban una derrota irreversible, mientras que los liberales (Ginsburg, Breyer, Sotomayor y Kagan) y el moderado Kennedy sintieron que dicha resolución debería consolidarse en las cortes menores del país, y luego, cuando la oportunidad sea propicia, aplicarle la última estocada para que sus enemigos se callen para siempre.

Lo anterior es un juego muy peligroso. Inicialmente porque asume que el/la próximo presidente será demócrata y tendrá la oportunidad de mantener la ideología de los magistrados en la Corte o inclinarla más hacia la izquierda a través de la nominación de un/una magistrado liberal.

A pesar de que la demócrata Hilary Rodham Clinton se apunta como la candidata más próxima a llegar a la Casa Blanca en 2016, en un sistema electoral dominado por la irracionalidad de las acusaciones sin juicio ni fondo, personajes mediocres pueden llegar a ser presidente.

Sin embargo, aun si tuviéramos un presidente conservador, el camino de los matrimonios del mismo sexo es una realidad. La sociedad norteamericana así lo quiere.

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