Exigen medidas urgentes para controlar ratas en Nueva York

El número de quejas por infestación de ratas alcanzó las 24,586 en el 2013

Los neoyorquinos denuncian que la Ciudad no está haciendo lo suficiente para controlar las infestaciones de ratas en varios puntos de la Gran Manzana, y coinciden con una auditoría de la Contraloría que señala que el problema se está agravando.

La auditoría hecha pública ayer por el contralor Scott Stringer reveló que el Departamento de Salud debe tomar medidas urgentes sobre la proliferación de ratas de acuerdo con las quejas que inundan el sistema de llamadas al 311.

El número de quejas por infestación de ratas alcanzaron las 24,586 en el año fiscal 2013, cuando en el 2012 se registraron 22,300.

“Se ven más ratas que antes porque la Ciudad no está haciendo nada para exterminarlas”, dijo Basilio Gallego (66), residente en Washington Heights. “Antes se veían exterminadores municipales por la calle y venían a tu edificio para inspeccionarlo sin ni siquiera llamarlos. Ahora te puedes cansar de llamar al 311 y nunca vienen”.

En muchos casos, el informe también halló que el Departamento de Salud no está manejando el programa de inspecciones de infestaciones de ratas de manera adecuada.

Los inspectores no llevaron a cabo una inspección en un periodo inicial de 10 días en respuesta al 24% de las quejas recibidas, según la auditoría. Y en 160 casos no se realizó una inspección de campo.

“El problema no es que no hagan inspecciones, el problema es que en esta ciudad se deja que se amontone la basura y tardan días en recogerla, por lo que las calles se convierten en un paraíso para las ratas”, opinó Manuel Vidal (41), vecino de Harlem. “Lo normal, con los impuestos que pagamos, es que la recogieran todas las noches, como se hace todas las ciudades donde yo he vivido excepto en esta”.

Los neoyorquinos se quejan especialmente de que en el metro se ha multiplicado las ratas en los últimos años, lo que supone un grave riesgo para la salud pública.

Ya era bastante desagradable ver ratas siempre en los rieles, pero ahora se las ve correr libremente por los andenes y es repugnante”, señaló María Silva (34), mientras esperaba al tren de la línea A en el Alto Manhattan. “Este pasado verano estaba distraída un día mirando a mi celular y una rata enorme me pasó por las sandalias. Me dio tanto asco que decidí volverme a casa a lavarme, porque transmiten enfermedades”.

El reporte pone de relieve asimismo que los inspectores de salud no están siguiendo los protocolos para combatir el creciente problema, especialmente en los que se refiere a la inspección de edificios.

Personal de la Contraloría acompañó a 10 inspectores en sus rutas desde julio del 2011 hasta abril del 2014 y, según el informe, los inspectores frecuentemente no agregaron información pertinente sobre una escena dentro de la base de datos y hubo discrepancias entre lo que registraron y lo que vieron los auditores.

Los trabajadores de la Ciudad pasaron en muchas ocasiones por alto restos claros de ratas en edificios, como heces fecales o madrigueras, y en algunos casos no alertaron al propietario sobre el problema de las ratas, incrementando el riesgo de que los roedores se multipliquen, según la auditoría.

“Esta es un batalla contra las ratas que estamos perdiendo. Cuando la gente descubren la infección en sus casas y en su barrio ellos esperan una respuesta inmediata”, dijo el contralor Scott Stringer.

Creemos que los auditores llegaron a conclusiones incorrectas porque se enfocaron solo en las quejas, mientras ignoraron el hecho que las mismas corresponden a una pequeña parte de la aproximación general del departamento para descubrir donde están presentes la ratas, notificar a los dueños sobre cómo responde al problema y unir esfuerzos para exterminar y prevenir que las ratas reaparezcan”, indicó por su parte el Departamento de Salud en un comunicado.

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