Meseras se exponen al acoso sexual en restaurantes
Un 70% de las mujeres han sufrido alguna forma de acoso sexual en restaurantes
Mirna Reyes-Martínez fue víctima de acoso sexual en su lugar de trabajo. Crédito: Mariela Lombard
Acudir a su lugar de trabajo era una pesadilla que la mesera mexicana Mirna Reyes-Martínez (29) enfrentó por una década. A cambio de un salario de $4.33 la hora, se vio obligada a tolerar acoso sexual y motes humillantes.
La joven madre, quien junto a otros 15 ex-empleados estableció en junio pasado una demanda laboral contra el restaurante Liberato, en El Bronx, dijo que el acoso comenzó desde los primeros días, cuando a pocas semanas de emigrar del estado mexicano de Puebla solicitó trabajo como mesera.
“El gerente cambió mi día libre para que coincidiera con el suyo con tal de que saliera con él. No dejaba de insistir, era muy frustrante sufrir esa situación por la necesidad de un trabajo”, indicó.
La mujer, quien también denuncia el robo de salario, expresó que el dueño del lugar, Manuel Antonio Liberato, lejos de poner freno al acoso, lo alentaba al llamarla con alias sexuales.
“Los sobrenombres eran vulgares y no le importaba llamarme así frente a clientes. Le pedí que dejara de hacerlo, pero no hizo caso”, comentó. “Sus horribles bromas subieron de tono hasta el punto de ofrecerme $500 para modelarle desnuda”.
Casos como el de Reyes son frecuentes en la industria del restaurante. Según el reporte de 34 páginas ‘The Glass Floor: Sexual Harassment in the Restaurant Industry’ de la organización Restaurant Opportunities Centers (ROC), el 70% de las mujeres y casi el 50% de los varones han sufrido alguna forma de acoso sexual de sus directivos
La encuesta a 700 trabajadores de 39 estados, incluido Nueva York, también reveló que el 90% de las empleadas y el 70% de los empleados informaron haber experimentado acoso sexual por parte de los clientes.
Las féminas son las principales afectadas. Dos tercios de las encuestadas reportaron ser acosadas sexualmente por la gerencia por lo menos una vez al mes, y más de la mitad una vez a la semana.
El informe de ROC destaca que el bajo sueldo empeora la situación de acoso. Según las leyes federales, el salario mínimo para trabajadores que dependen de propinas es de $2.13 por hora, pero el estado de Nueva York exige a los empleadores pagar el mínimo de $8 por hora.
Saru Jayaraman, co-fundadora de ROC, destacó que las féminas que reciben menos del mínimo son sometidas a la peor clase de acoso sexual, al ser obligadas a vestir y actuar de cierta manera que las hace vulnerables al hostigamiento de clientes, empleadores y compañeros de trabajo.
El caso de Mirna Reyes-Martínez, cuya paga semanal era de $210 por seis días más propinas diarias de entre $20 y $50, se llevó a una Corte Federal con el apoyo de la organización Centro de Trabajadores de Lavandería (WLC), que vela por los derechos de los trabajadores.
Desde abril pasado, WLC mantiene protestas semanales afuera del negocio, en la calle 183 y la Avenida Jerome, en Fordham Heights. El propietario del restaurante, Manuel Antonio Liberato, respondió a las movilizaciones con una demanda por difamación, alegando desconocer el descontento de sus trabajadores, además de que no hay reclamaciones ante el Departamento de Trabajo. El empresario afirma que se trata de una campaña de desprestigio contra su negocio.
Rosana Rodríguez, organizadora de WLC, destacó que Liberato también enfrenta quejas por discriminación de género. Además de Mirna, otras dos empleadas reportaron acoso sexual.
“Es común que las trabajadoras se sientan avergonzadas al denunciar. Se necesita más de una conversación para que el asunto emerja”, dijo Rodríguez. “Empleadas de lavanderías y restaurantes son las más propensas a sufrir acoso sexual”
