Trenes detenidos: un debate en marcha

Continúa discusión a raíz de suspensión del servicio de trenes y autobuses durante la tormenta Juno

De acuerdo con el protocolo de la MTA, en caso de tormenta se deben cancelar sólo las líneas que corren sobre la superficie.

De acuerdo con el protocolo de la MTA, en caso de tormenta se deben cancelar sólo las líneas que corren sobre la superficie. Crédito: Archivo / Mariela Lombard

NUEVA YORK – Al día siguiente del paso de la tormenta Juno, las autoridades municipales continuaban justificando la decisión de suspender el servicio de trenes y autobuses que paralizó la ciudad por varias horas.

Tom Prendergast, presidente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), explicó ayer en una columna de opinión en el Daily News que la decisión buscó garantizar “la seguridad de los usuarios y empleados … (y) restaurar servicios esenciales lo más rápido posible”.

El funcionario sostuvo que se tomó en cuenta el impacto de la súper tormenta Sandy de 2012 y la tormenta de nieve de diciembre de 2010, que dejó 400 usuarios de trenes y 600 autobuses varados.

“La MTA ha aprendido que durante algunos eventos climatológicos la mejor respuesta es suspender el servicio y estacionar los trenes en lugares seguros”, agregó Prendergast.

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Algunos expertos, sin embargo, cuestionan la validez de ese razonamiento. “El metro está hecho para aguantar tormentas de nieve, dijo Henry Fox, ingeniero civil especializado en mantenimiento de infraestructura vial. “No creo que haya sido necesario suspenderlo”.

Lo que dice el protocolo

De acuerdo con el protocolo de la MTA, en caso de tormenta se deben cancelar sólo las líneas que corren sobre la superficie. Los trenes expresos pasan entonces a correr por la vía local para que los vagones que no están en circulación puedan estacionarse bajo tierra. El sistema se suspende cuando el viento supera las 39 millas por hora. Este fue el procedimiento seguido durante el huracán Sandy.

En la tormenta de nieve de 2010, que dejó más de dos pies de nieve, muchas líneas fueron suspendidas y otras funcionaron a media máquina, pero el metro no fue suspendido completamente.

El sistema de subterráneos de la Ciudad de Nueva York, que moviliza a más de cinco millones de usuarios por día, comenzó a operar en 1903. El presupuesto de la MTA asigna $32,000 millones para la renovación del sistema vial, pero un poco menos de esa suma ($15,000 millones) carece aún de financiación.

“Es imperioso aumentar la inversión en infraestructura”, argumentó Ydanis Rodríguez, presidente de la Comisión de Transporte del Concejo Municipal–,y la Ciudad puede ayudar a buscar los fondos necesarios”.

Por su parte, la organización defensora de usuarios del transporte público Straphangers Campaign pidió una revisión de los protocolos de la MTA. El abogado de dicha organización, Gene Russianoff, indicó a El Diario que, aún considerando los estragos causados por la tormenta Sandy, “quedan muchas interrogantes por contestar” respecto del cierre dispuesto el lunes a la noche.

(Cristina Loboguerrero y Marlene Peralta)

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