Preguntas frecuentes sobre los transgénicos
Puede ser difícil entender por qué hay tanta preocupación sobre la presencia de ingredientes genéticamente modificados (transgénicos) en los alimentos. Esta nota te ayudará a examinar los hechos

Los alimentos transgénicos son creados en un laboratorio mediante la alteración de la composición genética de una planta o de un animal. Crédito: <copyrite>shutterstock. </copyrite><person>< / person>
La controversia crece: los alimentos que contienen organismos genéticamente modificados (GMO, por sus siglas en inglés), creados en un laboratorio mediante la alteración de la composición genética de una planta o de un animal, ¿deberían llevar siempre en el envase la información que advierta sobre esto a los consumidores?
El 92% de los estadounidenses opinan que alimentos de este tipo, que abundan en las cocinas de todo el país, deberían ser etiquetados como tales antes de venderse, según una reciente encuesta representativa a nivel nacional realizada entre 1004 personas por el Centro Nacional de Investigaciones de Consumer Reports. (El año pasado, descubrimos en nuestras pruebas que los GMO estaban presentes en muchos alimentos envasados, como los cereales para el desayuno, las papas fritas o tostadas, las mezclas para hornear y las barras proteínicas).
La demanda de alimentos que no contienen GMO se ha disparado: en 2013, las ventas de los alimentos no transgénicos que estaban certificados como orgánicos (por ley, los productos orgánicos no se pueden preparar con ingredientes que contengan GMO), o que llevaban el sello de “Verificado como no transgénico por la organización Non-GMO Project”, aumentaron en un 80%, según el Nutrition Business Journal.
Con tantas voces en la conversación y tantos productos en el mercado, ¿cómo se pueden tomar decisiones de compras que sean las mejores para ti y tu familia? Nuestras preguntas y respuestas (Q&A) te ayudan a separar la realidad de la ficción.
¿Los GMO son malos para mi salud?
Quienes apoyan el uso de los GMO señalan que los estadounidenses han estado comiendo alimentos que los contienen durante más de 15 años y que no existe ninguna evidencia creíble de que alguna persona haya sufrido daño. Pero decir que no existe evidencia de algún daño no es lo mismo que decir que se comprobó que son seguros.
“El argumento de que los GMO no presentan riesgos para la salud humana no puede ser avalado por estudios que midieron un período de tiempo demasiado corto como para determinar los efectos de la exposición a lo largo de una vida”, afirma Robert Gould, M.D., presidente de la junta de Physicians for Social Responsibility (Médicos para la Responsabilidad Social).
Una comisión conjunta de la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha establecido un protocolo para evaluar la seguridad de los GMO, sobre los cuales dice que tienen el potencial de introducir toxinas y nuevos alérgenos (o incrementar los niveles de los ya existentes), o causar cambios nutricionales en los alimentos y otros efectos imprevistos.
Otros países desarrollados han usado esas directrices en sus evaluaciones obligatorias de seguridad previas a la comercialización de los organismos genéticamente modificados. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) no exige ninguna evaluación de seguridad de los cultivos modificados mediante ingeniería genética, aunque invita a las empresas a proporcionar datos para una revisión voluntaria de seguridad.
Algunos estudios en animales, comúnmente usados para contribuir a evaluar los riesgos para la salud humana, han sugerido que los GMO podrían dañar el sistema inmune, el hígado y los riñones.
Serán necesarios más estudios para determinar los efectos a largo plazo. Además, la capacidad de los investigadores para hacer un seguimiento de los posibles efectos de los GMO sobre la población humana se ve obstaculizada por la falta de etiquetado. “Los médicos necesitan saber qué comen sus pacientes”, dice Gould. “Si tienes un paciente con un problema de alergia a los alimentos o que sufre algún otro efecto secundario que pueda relacionarse con los GMO, es difícil identificar alguna conexión a menos que estos alimentos estén etiquetados”.
¿A qué se debe el debate sobre las etiquetas?
El etiquetado de los GMO es obligatorio en más de 60 países, pero no en EE. UU. Aquí los opositores al etiquetado obligatorio suelen alegar que connota, injustamente, el mensaje de que los productos comestibles con ingredientes modificados mediante ingeniería genética no son seguros.
Quienes están a favor del etiquetado obligatorio, incluido Consumers Union, el brazo defensor de Consumer Reports, argumentan que aunque todavía sea una causa abierta el impacto de los GMO sobre la salud, los compradores tienen derecho a saber qué hay en su comida.
“Los productores ya deben etiquetar los productos comestibles congelados, los que se elaboran a partir de concentrados, los homogeneizados o los irradiados”, señala Jean Halloran, directora de iniciativas en políticas alimentarias de Consumers Union. “Etiquetar los GMO es dar un poco más de información útil”.
No sorprende que mucha de la oposición al etiquetado de los GMO provenga de los productores de semillas transgénicas y de la industria alimenticia, quienes han invertido mucho dinero en dar a conocer su posición al público.
Entre las empresas que más se opusieron a la medida tomada en Colorado estuvieron Coca-Cola, DuPont, Kraft Foods, Monsanto (que produce semillas para cultivos transgénicos) y PepsiCo. La Grocery Manufacturers Association (Asociación de Fabricantes de Productos Alimenticios), la Snack Food Association (Asociación de Comercio Internacional de la Industria de Refrigerios), la International Dairy Foods Association (Asociación Internacional de Productos Lácteos) y la National Association of Manufacturers (Asociación Nacional de Productores) han presentado una demanda para anular la ley de etiquetado de Vermont.
¿El etiquetado de los GMO llevará a un aumento de los precios en los productos alimenticios?
El etiquetado obligatorio que informe a los consumidores si sus alimentos contienen GMO sumaría menos de un centavo por día a sus cuentas de supermercado, según un análisis reciente de estudios ya existentes que fueron comisionados por Consumers Union y realizados por el estudio independiente de investigación económica ECONorthwest.
Los opositores al etiquetado citan estudios financiados por la propia industria donde se expresa que los precios de los productos comestibles se irían por las nubes y aumentarían el gasto de supermercado de una familia promedio de 4 personas de $400 a $800 por año. Pero el análisis de Consumers Union halló que el costo medio que se transferiría a los consumidores sería de apenas $2.30 al año por persona, o $9.20 para la familia de 4 personas.
Consumers Union, la división política de Consumer Reports, está a favor del etiquetado y de las pruebas de seguridad previas a la comercialización de los alimentos transgénicos y apoya cualquier medida y proyecto de ley estatal que se oriente a tal fin.
Por esa razón, también nos oponemos fuertemente a la introducción de un proyecto de ley federal avalado por las industrias químicas y de la alimentación que dejaría sin efecto a todas las leyes estatales de etiquetado de alimentos transgénicos y permitiría que la etiqueta de “natural” se use en este tipo de alimentos